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La calidad de la educación en Pakistán es sumamente deficiente en comparación con los estándares mundiales. Los niños estudian con los mismos libros que lo hicieron sus padres o tal vez sus abuelos. En Sindh, los estudiantes que no se presentan a los exámenes acaban aprobándolos. En Lahore, en los principales centros de examen situados cerca de la oficina de la junta directiva, el soborno y las trampas son prácticas habituales. Los docentes se ausentan de las clases y se concentran en seguir tejiendo relaciones con personas influyentes. El personal encargado de los exámenes cierra las aulas a quienes se niegan a acatar la rutina.

En el más reciente fraude de educación de Bihar, presuntamente los estudiantes pueden comprar certificados intermedios de altos puntajes por aproximadamente 5 Rupias sin tener que hacer el examen. Es más, muchas escuelas y universidades han obtenido sus afiliaciones por medios indebidos. Todos estos esqueletos están siendo descubiertos por investigaciones realizadas, después que un programa de TV encontró que los estudiantes con mayores puntajes este año, están teniendo problemas contestando preguntas básicas de sus materias. Una respuesta difícil de olvidar, fue cuando uno de los estudiantes dijo, que la ciencia política es acerca de la cocina. Lo que sí es cierto, es que la podredumbre del estado de educación tiene tiempo de estarse cocinando.