Página de búsqueda

El rector del Instituto de Economía de Negocios y su vicerrector fueron acusados de fraude, falsificación y venta de documentos, soborno comercial y mediación. Una de las aspirantes del instituto dijo que la oficina de admisiones le ofreció que pagara 450 mil rublos ($7,054) por tres años de estudio. El hecho que la Universidad había sido despojada de su licencia dos años antes, no fue impedimento para que el rector siguiera cobrando a candidatos por educación superior.

La Asociación de Universidades Africanas (AAU), ha identificado corrupción y amenazas a oficiales de organismos de acreditación como algunos de los factores afectando la calidad de algunas instituciones de educación superior a lo largo del continente. “Debido a la corrupción, algunas universidades que son propiedad de “los ricos y famosos” y políticos, abren sus puertas sin el más mínimo requisito. Algunos organismos de acreditaciones también enfrentan amenazas si se niegan a abrir dichas instituciones.” La AAU, se está preparando para implementar el reconocimiento regional de las cualificaciones de la educación superior a lo largo de Africa.

Un académico nigeriano de alto nivel; ha generado un acalorado debate tras criticar públicamente a la agencia de acreditación de universidades del país; por falta de autonomía, negligencia y doble moral en su acreditación anual de cursos. Las acusaciones han sido desmentidas por la agencia. El catedrático acusó a la Comisión Nacional de Universidades, (NUC), de convertirse en portavoz del gobierno y no cumplir con sus obligaciones como agencia reguladora; creada para asegurar la calidad en las universidades. Acusó a la NUC de contribuir con la corrupción en la ejecución de acreditaciones, y dijo que habían denuncias contra personas “recibiendo sobres cafés” (sobornos) al realizar acreditaciones, lo que también perjudicó la credibilidad de acreditación de la NUC.

El fraude académico tales como el soborno, universidades falsas y resultados de investigaciones falsas no es un fenómeno nuevo, pero pareciera que está escalando a nivel mundial, motivando a profesionales de garantía de calidad a que se reunieran la semana pasada en Washington DC, para afrontar, en la medida de lo posible, cómo combatir el problema. No se llegó a ningún consenso, pero surgió una opinión predominante que las consecuencias potenciales, si no se controlan, pueden ser abrumadoras.