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De acuerdo con el informe más reciente del Accredibase, la empresa de investigación de antecedentes del Reino Unido VeriFile Limited, el año pasado se produjo un asombroso aumento del 48 % en el número de fábricas de grados o diplomas conocidos que operan en todo el mundo. Se identificaron más de 2.500 instituciones falsas en todas las regiones, pero principalmente en América del Norte y Europa.

Una revista científica acreditada por el Departamento de Educación y Formación Superior está siendo investigada después de no haber superado una prueba de revisión realizada por sus homólogos.

El fraude académico tales como el soborno, universidades falsas y resultados de investigaciones falsas no es un fenómeno nuevo, pero pareciera que está escalando a nivel mundial, motivando a profesionales de garantía de calidad a que se reunieran la semana pasada en Washington DC, para afrontar, en la medida de lo posible, cómo combatir el problema. No se llegó a ningún consenso, pero surgió una opinión predominante que las consecuencias potenciales, si no se controlan, pueden ser abrumadoras.

Hallazgos de investigaciones preliminares de corrupción académica sugiere que la acreditación y los organismos de garantía de calidad en algunos países han tenido éxito manejando el problema, pero cuestiona cómo tratar con el difícil problema que permanece una labor continua. Y mientras el tema es complejo y multifacético, investigaciones de las actitudes de estudiantes hacia la trampa ofrece algunas visiones en cómo el hacer énfasis en la integridad pudiera revertir el problema, el cual ha sido por mucho tiempo el flagelo de la profesión de acreditación de la educación superior.

Según un reportaje publicado por el Consejo de Acreditación de la Educación Superior y el Grupo de Calidad Internacional, la corrupción en la educación superior varía entre países, pero resalta prácticas con poca ética, inapropiadas e ilegales. Algunos ejemplos incluyen a líderes universitarios y profesores con doctorados inmerecidos o falsos, impactando en la gobernanza de algunas universidades rusas. En Kosovo se han propagado los «consultores fantasmas» o absentismo de académicos de alto nivel, delegando sus responsabilidades de enseñanza o supervisión a subalternos o estudiantes de investigación; y en Uganda estudiantes y maestros acosando sexualmente, amenazando o causándole daño a personal docente.