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El Instituto Josephson realiza una encuesta de estudiantes de secundaria cada dos años, informando que, aunque el 50% de los estudiantes admiten hacer trampa, el 93% están «satisfechos con su propio carácter y ética». Un profesor de la Universidad de Rutgers también sugiere que la mitad de sus estudiantes hacen trampa al menos una vez al año. A fin de demostrar un frente mundial unido en contra de la trampa, las instituciones miembros del Centro Internacional para la Integridad Académica participan en el 5º Día de Acción Anual contra las trampas contractuales.

La corrupción es un “trasfondo pernicioso” en todos los países, escribió un investigador de Educación Superior Internacional del Boston College. En Armenia, Lituania, Rusia y Ucrania, los instructores enfrentan el dilema de ignorar la trampa o correr el riesgo de expulsar a los estudiantes, cuyas cuotas mantienen las universidades. Un estudio en Rusia encontró que el 72% de los estudiantes en las universidades públicas han plagiado del internet. En India, “la sobrevivencia de varias universidades pequeñas y privadas dependen de los pagos a funcionarios del gobierno, reclutadores y comités de visita, así como de las cuotas pagadas por estudiantes.

La trampa de los estudiantes ha llegado a niveles sin precedente a nivel mundial, desde malas prácticas académicas entre universidades británicas del Grupo Russell desde 2014-2017; trampas continuas entre estudiantes atletas para entrar o quedarse en universidades de Estados Unidos; compartir asignaciones de exámenes no autorizados en Suiza, contratos de trampa en Australia para plagio en varios países del Este de Europa. Si las universidades solo declaran su integridad, pero no la practican, será difícil esperarla por parte de los estudiantes.

Según un reportaje publicado por el Consejo de Acreditación de la Educación Superior y el Grupo de Calidad Internacional, la corrupción en la educación superior varía entre países, pero resalta prácticas con poca ética, inapropiadas e ilegales. Algunos ejemplos incluyen a líderes universitarios y profesores con doctorados inmerecidos o falsos, impactando en la gobernanza de algunas universidades rusas. En Kosovo se han propagado los «consultores fantasmas» o absentismo de académicos de alto nivel, delegando sus responsabilidades de enseñanza o supervisión a subalternos o estudiantes de investigación; y en Uganda estudiantes y maestros acosando sexualmente, amenazando o causándole daño a personal docente.