Página de búsqueda

El valor canadiense más amenazado es la capacidad de mantenerse libre de corrupción, según afirma el sector industrial. La encuesta de Transparencia Internacional de 2005 revela que Canadá se ha colado en el puesto 14 de la lista de países percibidos como libres de corrupción, cuatro escalones por debajo de su tradicional puesto 10.

El gobierno federal quiere endurecer las normas que regulan los visados de estudiante con la esperanza de tomar medidas enérgicas contra el fraude y el contrabando de personas, a pesar de que aún no está del todo clara la magnitud del problema. Existe una propuesta para detener a aquellos estudiantes internacionales que llegan con un visado de estudiante con la intención de acceder al mercado laboral de Canadá y que al final no se inscriben en ninguna escuela. También existe la preocupación de que algunos están terminando en instituciones inferiores que, en última instancia, perjudican la credibilidad de Canadá en la escena internacional.

El hospital universitario de la Universidad McGill ha emitido un escueto comunicado que confirma que doce oficiales de la Unidad Permanente de Anticorrupción de Quebec registraron sus oficinas como parte de una amplia investigación sobre corrupción en la industria de la construcción de la provincia.

El auditor general de Alberta dice que la división de educación internacional del Medicine Hat College está fuera de control y ha puesto a la universidad en "riesgo de reputación, legal y financiero". El informe de este auditor general publicado el martes pasado saca a la luz un registro de contratos irregulares, gastos cuestionables y estándares académicos dudosos en el programa de 1,7 millones de dólares canadienses, que centra sus esfuerzos en atraer a estudiantes extranjeros de varios países y colabora con tres instituciones chinas para ofertar cursos en el extranjero a estudiantes chinos para que luego puedan solicitar el traslado al Medicine Hat College.

La asociación representando a los maestros universitarios de Canadá han reprochado al Consejo de Administración de la Universidad de Carleton por la nueva política, que prohibirá a miembros hablar públicamente acerca de las reuniones que asistan. Los profesores dicen que la medida es una violación de transparencia y apertura, lo cual es fundamental para la libertad académica. El Consejo también ha decidido prohibir que representantes del sindicato de la facultad y de estudiantes asistan a dichas reuniones, alegando que tienen conflicto de interés.