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Solo un número selecto de iniciativas de rendición de cuentas a nivel escolar, en países con ingresos bajos y medios han reducido la corrupción. Han mejorado los esfuerzos gerenciales, parentales y docentes; y han llevado a focalizaciones más eficientes de reformas y recursos. Estos limitados éxitos, también aparecen ser contextos específicos y difíciles de replicar. No es suficiente hacer de la información un dominio público, y esperar que mejore la rendición de cuentas, especialmente si los padres de familia y comunidades marginales carecen de tiempo, recursos o influencias para tomar las riendas de cambios estructurales. Intervenciones de información necesitan considerar cuidadosamente, la audiencia, el diseño y la presunta trayectoria causal para mejorar el suministro de servicios.

La tecnología, la codicia, y la falta de reglas y normas claras, hiper-competitividad y una cierta cantidad de corrupción, ha resultado en confusión y anarquía en el mundo de la comunicación científica. No hace mucho, las publicaciones científicas estaban en gran medida, en manos de las editoriales universitarias y sociedades científicas sin fines de lucro; muchas de las cuales eran controladas por la comunidad académica. Los temas involucrados son complejos – cómo manejar la tecnología, acomodar la expansión de la producción científica, racionalizar revisiones de colegas, romper con el monopolio de las multinacionales y, de gran importancia, inculcar un sentido de ética y expectativas realísticas en la misma comunidad académica.