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El nuevo libro "Corrupted: A study of chronic dysfunction in South African universities" es un relato de la corrupción crónica arraigada en un marco de economía política combinada con la falta de capacidad de gobernanza y gestión y de integridad académica. Todas estas universidades están situadas en zonas de escasos recursos donde la universidad es la principal fuente de financiación y una oportunidad para la corrupción, desde contratos (como proyectos de construcción) hasta servicios (como el transporte), pasando por el alojamiento de estudiantes y la venta de certificados falsos.

La Universidad de Johannesburgo (UJ) es la primera institución terciaria sudafricana que utiliza la tecnología blockchain como medida de seguridad adicional para proteger sus certificados contra alteraciones o falsificaciones. El Director de la Administración Académica Central pide a todas las instituciones terciarias que mejoren en forma conjunta la integridad de sus certificaciones y permitan que las empresas instauren un sistema de verificación de certificaciones sencillo y sin costo alguno, lo que ayudará a evitar el fraude en los certificados y a frenar la falsificación.

Un estudio reciente realizado en Kenia reveló que el 68% de los encuestados había incurrido en alguna forma de mala conducta, mientras que el 36% admitió haber cometido las infracciones más graves de fabricación, falsificación o plagio. Para promover las prácticas éticas de investigación, la transparencia, la equidad, la responsabilidad y el rigor en todo el continente, se ha puesto en marcha la Red Africana de Integridad en la Investigación (ARIN). La asociación se registrará en diferentes países donde se establecerán nodos.

Tras un aumento de violaciones de integridad académica durante el remoto trimestre de otoño, dos asistentes de profesores (APs) están pidiendo que la Universidad de Queen tome medidas en contra de la mala conducta académica. Al calificar los trabajos finales usando Turnitin, encontraron que cuatro de sus cinco casos de plagio tenían índices de copias del 50 y 60%. Al reportar dichos casos, la administración alegó que el proceso era “intenso”, mientras que el profesor del curso sugirió calificar el trabajo con una deducción del 20% de la nota porque “no querían hacer de esta mala conducta un gran problema

El secretario del gabinete de Educación se ha comprometido a poner al descubierto a todas las personas que utilizan títulos universitarios falsos. Dirigiéndose a directores en la Catedral Anglicana All Saints en Nairobi, el secretario del gabinete de educación arremetió en contra de aquellos que quieren asumir roles de liderazgo adquiriendo calificaciones académicas ilegalmente, diciendo que el ministro le pondrá freno a los rufianes académicos en un esfuerzo por promover la integridad. Exhortó a los directores a ponerse al frente inculcando virtudes y retándolos a que tomen responsabilidad de los fracasos en sus instituciones.

La Universidad de Devonshire, la Universidad de Wexford y la Universidad de Palmers Green, están entre los nombres comerciales del Programa de Licenciaturas Universitarias, establecidas con sitios web, haciéndose pasar por universidades acreditadas. Afortunadamente, estas instituciones hace mucho fueron cerradas, pero puede ser que los títulos que emitieron sigan en uso. Nuevas universidades falsas aparecen todo el tiempo. Para mantener la integridad académica se necesita estar alerta y continuar con la vigilancia. Necesitamos parar a universidades falsas, que hacen transacciones de productos que no están autorizados a otorgar.

Cuando la Comisión Electoral paquistaní inició la semana pasada las primeras audiencias sobre el caso de los títulos falsos de los parlamentarios, algunos temieron que las devastadoras inundaciones relegaran el escándalo a un segundo plano. No obstante, el desastre de los títulos está minando la credibilidad del sistema de educación superior y del sistema electoral del país.