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Mientras otro año académico comienza en Afganistán, el país continúa enfrentando inseguridad, una epidemia de corrupción dentro del sistema educativo y viejas costumbres que mantienen a estudiantes y maestros calificados lejos de las aulas. La violencia y la corrupción son problemas difíciles de resolver solo a nivel comunitario. El aumento de la violencia obligó el cierre de más de 1000 escuelas desde 2016 y según un informe elaborado por el supervisor de corrupción independiente del país, la corrupción está teniendo efectos “devastadores” en el sistema educativo y en el país.

Después que Transparencia Internacional presentó un reporte el mes pasado, en el cual posicionó a Ruanda como el cuarto país menos corrupto de África, el New Times le hizo un llamado al Jefe de País, Ombudsman para tomar conciencia de los esfuerzos actuales contra la corrupción. Dice que Ruanda puede hacer más en su lucha contra la corrupción, empezando por educar a aquellos que todavía están jóvenes, incluyendo valores de integridad en el currículo de escuelas primarias. Enseñando los valores correctos a la juventud es clave en la lucha contra la corrupción y está en línea con la política de anti-soborno del país.

El jueves la estación de radio Capital FM Kenia declaró que Transparencia Internacional, organismo dedicado a la lucha contra la corrupción, ha lanzado una campaña entre las escuelas de educación primaria de Kenia para enseñarles a sus estudiantes los problemas derivados de la corrupción.

Indonesia: el Indonesian Corruption Watch (ICW) sostiene que la corrupción en el sector de la educación aún está muy extendida y que el gobierno debe actuar para poner fin a las malas prácticas. Los profesores actúan corruptamente al imponer cobros indebidos a los estudiantes; los directores al malversar o doblar los prespuestos escolares, y las agencias de educación al extorsionar o recibir sobornos de las escuelas. Entretanto, se afirma que el ministerio ha actuado de manera presuntamente corrupta en una serie de proyectos

En Uzbekistán, muchas escuelas carecen de suministros básicos y los profesores a veces recurren a los alumnos pidiéndoles dinero para complementar sus magros presupuestos. El periódico uzbeko Uchitel Uzbekistana informó en agosto de 2007 que incluso los más experimentados profesores de educación primaria y secundaria ganan menos de $100 al mes. En 2007, Transparencia Internacional situó a Uzbekistán en el puesto 176 en su índice de corrupción de los 180 países supervisados.