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Ya hace muchos años en China que el plagio entre profesores y copiar entre los estudiantes llevan siendo prácticas aceptadas en una sociedad que demuestra estar muy poco concienciada en cuanto a la protección de los derechos de la propiedad intelectual. Casi cualquier cosa se puede copiar o falsificar si el precio es el adecuado

La corrupción campa a sus anchas en los procesos de admisión, en exámenes y la asignación de becas en las universidades chinas. Un resultado positivo del reciente escándalo por plagio es el diseño de un código de conducta para alumnos y profesores elaborado por la Universidad de Beijing.

Como parte de su campaña para terminar con la corrupción en la educación, un combativo grupo en el noreste de la India intenta forzar a los profesores a impartir sus cursos en sus correspondientes aulas y no en sesiones de clases particulares.

La corrupción es hoy en día un grave problema en el sector de la educación superior de Kazajistán. Los profesores a menudo se confabulan entre ellos; por ejemplo, si un profesor aprueba a un estudiante como un favor a uno de sus colegas, entonces él/ella puede contar con la ayuda de ese colega si necesita aprobar a uno de sus estudiantes. En los exámenes, algunos profesores ponen preguntas muy difíciles, incluso algunas que no tiene sentido, lo cual hace que los exámenes sean imposible de aprobar sin llegar a un 'acuerdo'. También se da la falsificación de expedientes a petición de jefes de departamentos, decanos de facultades, etc.

El Australian National Health and Medical Research Council (NHMRC) y las universidades de Australia emprendieron la revisión del Código para una Investigación Responsable. El código se propone orientar a las instituciones y los investigadores para que efectúen prácticas de investigación responsables. Abarca temas tales como la gestión de datos y materiales, la publicación y difusión de resultados; la atribución; los procesos de revision por los pares y los conflictos de intereses.