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El ministro sueco de trabajo registraba en su currículo sintético un MBA de la Fairfax University, que varios estados de los EE.UU. sindican como una "fábrica de diplomas". El ministro declaró que había obenido el diploma mediante un curso de educación a distancia cuando trabajaba en los EE.UU., pero la Agencia Sueca de Educación Superior lo rechazó, considerándolo ilegítimo. "No reconocemos diplomas de esa institución", dijo el jefe del Departamento de Evaluación de Calificaciones Externas.

El Servicio de Seguridad del Estado del estado de Gombe descubrió que 131 de los 936 profesores de Educación Básica Universal reclutados en el estado recientemente presentaron certificados NCE falsificados para obtener sus puestos. Un miembro del sindicato confesó que imprimieron y vendieron certificados NCE falsificados emitidos por el Federal College of Education.

GetEducated.com, una firma online de intercambio de información sobre grados fundada por Phillips en 1989, ha detectado más de 200 universidades online falsas solo en EE. UU., el doble en el extranjero. La venta de títulos falsos, que suelen costar una media de 500 dólares por título, es hoy por hoy un negocio de miles de millones de dólares. Un grado falso es una forma rápida y barata de acceder a un empleo de alta calidad y remuneración. Los motores de búsqueda aceptan admisiones en centros universitarios que no comprueban las acreditaciones.

El Departamento de Educación ha puesto en marcha una página Web que cuenta con una lista de 6.900 instituciones académicas acreditadas por una agencia de acreditación o autorización del Estado. La página Web está diseñada para ayudar a los empleadores a distinguir entre las instituciones acreditadas de educación superior y las instituciones no acreditadas, comúnmente llamadas "fábricas de títulos", que ofertan grados falsos.

Una escuela podría exigir que seis profesores devuelvan cerca de US$ 30.000 que recibieron por aumentos tras obtener en línea diplomas falsificados

Los titulares de fábricas de diplomas son muy difíciles de controlar. Inundan los correos electrónicos con ofertas de títulos universitarios baratos y cobran los honorarios a través de Internet, y a continuación filtran ese dinero hacia cuentas bancarias en el extranjero. Cuando la policía intenta cerrar uno de estos negocios, los titulares lo abren en otra parte, frecuentemente en un país pobre con escasas medidas legales contra el fraude. Ante la incapacidad para desbaratar estos negocios ilegales, muchos estados han cambiado su estrategia: si no podemos atrapar a los que venden, habrá que atrapar a los que compran. Algunos, como Illinois, Indiana y Nueva Jersey, han criminalizado recientemente el uso de títulos falsos.