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Antes de cada año escolar, el Ministerio de Educación, publica un listado de libros de texto aprobados, de los cuales los maestros seleccionan los que utilizarán en sus clases. Para el año escolar del 2017-2018, el listado es de 30 páginas. Hay mucho dinero por hacer en los libros de texto, explica una editorial que prefiere mantener su anonimato. “Conseguir un puesto en el listado es algo sagrado y todo se vale. Imagínense! Es un mercado inmenso, más de 5 millones de estudiantes! Todos quieren un pedazo del pastel: autores, editoriales, imprentas o distribuidoras, incluso si los métodos que utilizan no sean siempre legales.”

Un nuevo reporte ha descubierto irregularidades masivas en la adquisición de libros de textos para escuelas públicas, con directores jugando un papel importante en el problema. El fraude abarca desde firmas falsificadas, entrega de libros fantasmas, y comités escolares que seleccionan materiales de instrucción a proveedores únicos y sobrevalorados. El Gabinete del Secretario de Educación, recientemente dijo, que a pesar de que el gobierno destinó Sh10 billones para libros desde hace tres años, la mayoría de las escuelas no contaban con los materiales. Calculando, que, la proporción de libros por estudiante es de 5 a 1 en las escuelas primarias.

Según el informe emitido por el Auditor General en 2013, el Ministerio de Educación, Ciencias y Tecnología no siguió la normativa en lo referente a la adjudicación de contratos en el año revisado, violando así la Ley de Contratación Pública Nacional de 2004.

Como resultado de la corrupción y la burocratización, millones de nuevos libros prometidos y pagados por los donantes en 2008 nunca fueron distribuidos. Un tercio de los textos todavía espera ser distribuido a las provincias y muchos de los textos pedidos son de tan mala calidad que no duran un segundo año.