Hacer trampas en exámenes, especialmente aquellos que puedan llevar hacia trabajos en el sector público, ha alcanzado proporciones epidémicas en la India. Y las medidas tomadas por jóvenes para hacer trampa compiten con los métodos empleados por los examinadores para impedirlos. Durante un examen escrito de reclutamiento para admisión en el ejército de la India, llevado a cabo en el estado de Bihar, candidatos han tenido que quitarse la ropa para evitar que trataran de hacer trampa.

Tras haber estado estudiando durante dos años para profesora, una estudiante descubre que el título que su facultad ofrece no tiene ninguna validez. Es una historia que se viene repitiendo una y otra vez en muchas ciudades de la India. Últimamente se han multiplicado universidades con una pobre regulación, sin estar acreditadas y a menudo completamente falsas como consecuencia de una acelerada demanda de educación superior. Dicha demanda tiene su origen en un grupo de población joven que va en aumento y que tiene cada vez más aspiraciones Tras haber estado estudiando durante dos años para profesora, una estudiante descubre que el título que su facultad ofrece no tiene ninguna validez.

En una ciudad de Bihar se encontraron más de 100,000 certificados falsificados en diversas universidades indias. La carencia de industrias y de oportunidades en otras esferas empresariales fuerza a los jóvenes de Bihar a postular a trabajos en las escuelas públicas y también a recurrir a certificados falsificados. Hace sólo dos días, el gobierno rechazó más de cuatro millones de solicitudes para verificar un fraude en los diplomas y otras irregularidades durante una campaña de reclutamiento de profesores para las escuelas públicas.