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Un estudio reciente realizado en Kenia reveló que el 68% de los encuestados había incurrido en alguna forma de mala conducta, mientras que el 36% admitió haber cometido las infracciones más graves de fabricación, falsificación o plagio. Para promover las prácticas éticas de investigación, la transparencia, la equidad, la responsabilidad y el rigor en todo el continente, se ha puesto en marcha la Red Africana de Integridad en la Investigación (ARIN). La asociación se registrará en diferentes países donde se establecerán nodos.

Cuatro estudiantes han sido detenidos por presuntas malas prácticas durante los exámenes del Certificado de Educación Secundaria de Kenia (KCSE) a través de las plataformas WhatsApp y Telegram. Los detectives utilizaron técnicas forenses cibernéticas y digitales para interceptar docenas de mensajes que contenían capturas de pantalla de los trabajos que se estaban examinando. Según la Dirección de Investigaciones Criminales (DCI), los esfuerzos del Ministerio de Educación por preservar la integridad de la administración del examen han sido puestos en peligro por funcionarios corruptos.

El sindicato de personal de las universidades de Kenia (KUSU), protestó por el despido del jefe de finanzas de la Universidad de Maasai Mara, que fue uno de los que denunciaron la malversación de 190 millones de KES (1.8 millones de dólares). KUSU también pidió la disolución de todo el Consejo Universitario de Maasai Mara por parte del Ministerio de Educación y la destitución del vicerrector en funciones por ocultar los hechos.

Un número de directores planificaron estafar al gobierno proporcionando listados de profesores fantasmas, lo cual retrasó el desembolso de fondos para pagar a los maestros y demás personal empleado por las Juntas de Gestión (BoM). El Ministro de Educación pidió a los directores que recopilaran y presentaran el número correcto de maestros incluyendo nombres, el número de la Comisión del Servicio de Profesores, y el país al que pertenecían.
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