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La publicación “Títulos falsos y credenciales fraudulentas en la educación superior" reúne contribuciones de autores de distintos campos y partes del mundo, presenta una visión general de diversos aspectos del fraude académico y hace hincapié en la pérdida de confianza dentro del mundo académico y entre los académicos, algo que acompaña sistemáticamente a estos casos. En el primer capítulo del libro, dedicado a las trampas en los contratos y las fábricas de textos, nos enteramos de que la industria mundial de los títulos falsos ha crecido de 1 000 millones de dólares en 2015 a 22 000 millones en 2022. Los expertos calculan que 4 700 millones de personas obtienen o han obtenido títulos falsos.

La nueva legislación de Ontario prohibirá los acuerdos de confidencialidad para que los docentes no puedan ocultar un historial de conducta sexual inapropiada al postularse en otras universidades o facultades. Además, otorgará a los centros de enseñanza el derecho a despedir al personal que haya abusado de un estudiante e impedirá que vuelva a ser contratado.

Un estudio estadístico de Canadá muestra que un tercio de las mujeres y casi un cuarto de los hombres que enseñan y llevan a cabo investigaciones en las universidades canadienses son víctimas de acoso. A fines de 2019, se recolectaron datos de una muestra de 27,000 encuestados que dieron a conocer sus experiencias del último año, revelando cinco tipos de acoso: abuso verbal, humillación, amenazas como chantaje, amenazas a su carrera o reputación, amenazas físicas, violencia física y atención sexual no deseada o acoso sexual.

Según un profesor asociado de la Universidad de Calgary, el índice de mala conducta académica, durante la pandemia, aumentó del 38% a arriba de 200%. Estudiantes que usan los servicios de compañías para escribir sus trabajos o completar sus tareas, con frecuencia son extorsionados. Las compañías continúan cobrando sus tarjetas de crédito, amenazándolos con denunciarlos a sus escuelas si tratan de buscar ayuda.

Tras un aumento de violaciones de integridad académica durante el remoto trimestre de otoño, dos asistentes de profesores (APs) están pidiendo que la Universidad de Queen tome medidas en contra de la mala conducta académica. Al calificar los trabajos finales usando Turnitin, encontraron que cuatro de sus cinco casos de plagio tenían índices de copias del 50 y 60%. Al reportar dichos casos, la administración alegó que el proceso era “intenso”, mientras que el profesor del curso sugirió calificar el trabajo con una deducción del 20% de la nota porque “no querían hacer de esta mala conducta un gran problema

Tras una investigación de varios años, cuatro empleados han sido acusados por estafar cientos de miles de dólares del Servicio de Educación de Opaskwayak (OES). En un comunicado de prensa, la policía dijo que los cuatro acusados, usaron sus posiciones de poder en el departamento de finanzas del OES para cometer el fraude.

Los medios de comunicación han reportado denuncias sobre las estrategias creativas para hacer trampa en universidades canadienses, incluyendo piratería de calificaciones, sobornos y allanamiento de oficinas para robar exámenes. Una encuesta realizada en 11 instituciones de educación superior de Canadá, reveló que, el 50 por ciento de los estudiantes universitarios han cometido algún tipo de mala conducta académica.

El vídeo se refiere a casos de "contratos " en Toronto (Canadá). En un reportaje de investigación, un reportero de 680 News habla con un keniano que afirma haber escrito cientos de monografías para estudiantes de Toronto.