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Las universidades de Gran Bretaña dicen estar atravesando una “epidemia de plagio” después que una investigación del diario The Times, reveló como casi 50,000 estudiantes fueron sorprendidos haciendo trampa durante los últimos tres años. El diario también encontró estudiantes extranjeros – fuera de la Unión Europea (UE) – de ser los peores infractores, y cuatro veces más propensos a hacer trampa en un examen y en tareas del curso, según datos obtenidos a través de la Ley de Libertad de Información.

El Reino Unido está sufriendo una epidemia de copia impulsada por una influencia de estudiantes extranjeros, casi 50,000 estudiantes en universidades británicas fueron sorprendidos copiando en los últimos tres años, según una investigación del diario The Times basada en respuestas de más de 100 solicitudes de libertad de información. La investigación encontró que estudiantes fuera de la Unión Europea eran cuatro veces más propensos a copiar en exámenes y tareas del curso.

Maestros se han quejado de los “relojes tramposos” vendidos en línea para dar a estudiantes ventajas injustas en los exámenes. Estos relojes digitales incluyen un “botón de emergencia” para cambiar rápidamente de un texto oculto a una cara de reloj. Los relojes contienen datos o información escrita que pueden ser leídos en exámenes. Dichos relojes son promocionados en Amazon con la afirmación que son “específicamente diseñados para hacer trampa en exámenes”. Pero un oficial de Bath ha advertido sobre la escala de este “mercado oculto” y dice que puede atraer a estudiantes estresados a hacer trampa.

El movimiento de libre acceso nace de la idea que investigaciones financiadas por fondos públicos deberían de estar disponibles al público. Existen miles de revistas de libre acceso, pero muchas de ellas son percibidas como carentes del prestigio que las universidades demandan para sus investigadores. Académicos no leen su propio trabajo, pero no pueden permitirse el lujo de no publicar en éstas prestigiosas revistas si quieren avanzar en sus carreras. Muchos académicos tienen que buscar otros medios para encontrar reportajes, y no pagar el mínimo de $ 30, que es lo que muchas de las editoriales cobran por acceder a un artículo.

La mayoría de los estudiantes son felices con el trabajo duro, hacen su mejor esfuerzo y aceptan las consecuencias. Pero hay un organizador de escritores de ensayos comerciales que están preparados para ayudar a aquellos que no se molestan en estudiar. Las universidades han respondido a la amenaza, tratando de cambiar la manera como evalúan a los estudiantes. Con más frecuencia, los estudiantes están presentando sus trabajos oralmente al frente de un grupo de seminario, o contestando preguntas de catedráticos.