St. Clair College, en Windsor, creó el puesto de coordinador de integridad académica, tras un incremento de matrículas de estudiantes extranjeros, acompañado de un repunte en casos de mala conducta académica, como el plagio y el uso de materiales prohibidos en los exámenes. La universidad de Fanshawe contaba con 852 ofensas académicas entre 2016-18, con 907 el siguiente año, de modo que planea crear un puesto similar.

Las universidades de los E.E.U.U. usan una variedad de enfoques para combatir la trampa, desde programas avanzados de detección de plagio, acciones legales en contra de compañías que ofrecen servicios de escritura de materias, hasta entrevistas con estudiantes sospechosos de hacer trampa por contrato. En Canadá, el Consejo de Integridad Académica de Ontario reúne dos veces al año a funcionarios universitarios para compartir las mejores prácticas. Australia y Nueva Zelanda cuentan con una legislación similar: penas de prisión de hasta dos años y fuertes multas.

La junta de audiencia de la Oficina de Responsabilidades y Derechos Estudiantiles encontró que 34 estudiantes universitarios y 27 egresados violaron las pautas de integridad académica. Según los expertos en integridad académica, los estudiantes graduados son más propensos a cometer errores accidentales de citación, mientras que los universitarios son más propensos a copiar información directamente de otras fuentes o comprar ensayos para hacerlos pasar como propios. Los funcionarios ponen en período de prueba académica a los estudiantes que están por debajo del promedio de 2,0 y aquellos con un promedio menor de 3,0 no reciben su título universitario.

La encuesta Internacional de Kessler de 2017, destacó que “79% de los estudiantes admitieron haber plagiado sus trabajos del internet, 42% compró las tareas en línea y 28% dijo haber utilizado un servicio que toma las clases por ellos.” Un experto en integridad y ética en la educación argumenta que para reducir al mínimo la trampa durante las clases a distancia, se requiere de una instrucción y comunicación efectiva, y que el trabajo de clases y las evaluaciones deben enfocarse en el dominio más que en el rendimiento.

Las malas conductas académicas en la Universidad de Mount Royal, han aumentado de 62 casos entre marzo y agosto en 2019, a 130 casos durante este año. Estas incluyen hacer trampa, compartir respuestas o trabajos, plagio, y tergiversar hechos o información que le da a una persona una ventaja académica injusta sobre otros estudiantes. La universidad también está buscando programas para protección electrónica e integridad estudiantil que se presten a la prevención de la mala conducta.
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A pesar que la Política de Integridad Académica no ha cambiado en la Facultad de Rutgers, desde la transición a aprendizaje a distancia, los departamentos han implementado nuevas medidas en un esfuerzo por prevenir la trampa. La Oficina de Conducta Estudiantil ha creado videos tutoriales sobre cómo completar el trabajo honestamente, y en los exámenes y tareas importantes deben escribir y firmar un compromiso de honor. La política incluye siete tipos de violaciones: plagio, engaño, y fabricación, facilitación de deshonestidad, sabotaje académico, violación de la ética de investigación o profesional y violaciones involucrando una actividad potencialmente criminal.

Según un informe de la Universidad de Thompson Rivers, el número de casos de integridad académica se ha duplicado. Incluyen 514 incidentes de plagio, 342 casos de trampas, 5 incidentes de fabricación y 347 incidentes de mala conducta académica para 1,208 casos registrados desde septiembre 2019 hasta agosto 2020. 80 estudiantes fueron sujetos a suspensión hasta noviembre 2020.

Para ayudar a combatir la trampa y el plagio durante la pandemia y fomentar el estudio y la preparación, un profesor de la Isla del Príncipe Eduardo desarrolló un método de examen llamado TSINC. Este método representa rapidez, secuencial, individualizado, no consultable y calibrado. Cada estudiante recibe un examen único de 50 preguntas con 30 minutos para responder, sin poder regresar a revisar preguntas o respuestas.