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Miles de alumnas se están tomando las instalaciones de universidades chilenas de todo el país, demandando una educación no sexista y el fin del acoso y abuso sexual. La primera de estas protestas se desencadenó hace varias semanas en la Universidad de Austral de Chile (UACh) en Valdivia, en el Sur de Chile, por el traslado a otro puesto de un investigador del Instituto de Bíoquímica y Microbiología, declarado culpable de acoso grave a una administrativa. Los estudiantes piden su destitución.

Un importante geólogo de Antártica ha sido acusado de acoso sexual por parte de dos de sus antiguas estudiantes durante expediciones de investigación. En la encuesta en línea publicada en PLOS ONE y cubierta por Science en 2014, 71% de las mujeres encuestadas, reportaron ser acosadas sexualmente durante trabajos de campo; 84% de ellas eran aprendices.

La escuela preparatoria de T.M. Landry de Luisiana, está bajo investigación federal por malas prácticas de ingresos universitarios, expedientes académicos falsos, clubes escolares no existentes y clases ficticias. Muchos estudiantes acusaron al fundador de abuso y de falsificar los expedientes. Los archivos de la corte, revelaron que había sido acusado de haber asfixiado y arrastrado a un estudiante. En la investigación el fundador dijo que se usaban las sentadillas contra la pared y tenerlos de rodillas, como preparación contra los retos del mundo real.

Documentos del estado demuestran que, 11 propietarios de un preescolar y los empleados, robaron millones en impuestos, a través de una variedad de complots, usando el dinero para pagar por todo, desde diamantes y compras en Costco, hasta remodelaciones en sus casas y una boda familiar. A principios del año, grupos defensores de los niños, han advertido sobre la crisis en la educación especial preescolar en Nueva York y firmaron una carta para el gobernador exhortando los aumentos de tasas de reembolso.

Once universidades peruanas, les enseñarán a sus estudiantes a combatir contra la corrupción, usando como base los casos emblemáticos registrados en los pasados 30 años. El Presidente de la Conferencia Episcopal de Perú y el Consejo Episcopal de Latinoamérica, quienes presentaron el curso, describieron el problema de corrupción como un virus social que infecta a las instituciones públicas y privadas, y socava los recursos que necesita el estado para abordar la lucha contra la pobreza.

Un estudio sistémico realizado por Fronteras en Educación en 2014-2018, encontró que el 15.7% de los estudiantes universitarios cometen trampa por contrato. En total, esto podría representar potencialmente a 31 millones de personas. Mientras tanto, el número de casos de soborno también ha incrementado. Investigaciones en el Reino Unido, muestran que el 31% de las fábricas de ensayos utilizan publicidad engañosa y la mayoría no garantiza contenido que cumple con la calificación de aprobación. Para combatir la trampa por contrato, se necesita un esfuerzo conjunto de las legislaturas, estudiantes y profesores.

La directora del Training Domain, una institución educativa de Fort Meyers, diseñada para mejorar las aptitudes laborales de los estudiantes, ha sido acusada con 10 cargos de fraude electrónico y un cargo de fraude de la Asistencia Federal del Estudiante (FSA). De julio 2017 a abril 2019, asistió a estudiantes en la aplicación de ayuda financiera, pero en lugar de utilizar los ingresos del préstamo y subvención, para impartir las clases y para otros gastos educacionales, la directora se quedó con los fondos de la FSA y lo dividió con los estudiantes. También falsificó diplomas de secundaria.

El Departamento de Justicia arrestó a un profesor de ingeniería, que presuntamente realizaba investigaciones para la NASA, escondiendo su afiliación y colaboración con una universidad china y una empresa de propiedad china por muchos años. Aceptó de buen grado la financiación de los E.E.U.U y defraudó a su universidad haciendo caso omiso de las normas de la NASA durante su contrato con TAMU.
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Un estudio estadístico de Canadá muestra que un tercio de las mujeres y casi un cuarto de los hombres que enseñan y llevan a cabo investigaciones en las universidades canadienses son víctimas de acoso. A fines de 2019, se recolectaron datos de una muestra de 27,000 encuestados que dieron a conocer sus experiencias del último año, revelando cinco tipos de acoso: abuso verbal, humillación, amenazas como chantaje, amenazas a su carrera o reputación, amenazas físicas, violencia física y atención sexual no deseada o acoso sexual.

Según un profesor asociado de la Universidad de Calgary, el índice de mala conducta académica, durante la pandemia, aumentó del 38% a arriba de 200%. Estudiantes que usan los servicios de compañías para escribir sus trabajos o completar sus tareas, con frecuencia son extorsionados. Las compañías continúan cobrando sus tarjetas de crédito, amenazándolos con denunciarlos a sus escuelas si tratan de buscar ayuda.