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El pasado septiembre, 68 universidades miembros del Grupo Compostela de Universidades aprobaron una declaración destinada a integrar la ética y medidas anticorrupción en la educación superior. Seguidamente dicha decisión se vio apoyada además por el World University Consortium y la World Academy of Art and Science, una red global compuesta por más de 700 universidades.

La mayoría de científicos e investigadores médicos se comportan éticamente. Sin embargo, en años recientes, el gran número de escándalos de alto perfil, en donde los investigadores han sido descubiertos falsificando sus datos, plantea la cuestión de cómo podemos tratar el fraude investigativo. Hay poca educación sobre este tema donde se traspasan disciplinas y se involucran con el más amplio fenómeno de comportamiento poco ético dentro del campo de la investigación. Esto en parte porque las disciplinas tienden a operar en silos y porque las universidades, en donde los investigadores con frecuencia son empleados, tienden a minimizar la publicidad adversa.

Al considerar para qué son las Universidades, poca atención se ha prestado al rol ético que juegan todos los participantes. El enfoque en el aprendizaje de habilidades útiles, con frecuencia oculta la dimensión ética de la vida universitaria. Las Universidades son lugares donde se demandan verdades, propuestas, teorías, entendimientos y explicaciones, para cualquier tipo de cosas o eventos, y son sujetas a escrutinios críticos. Es ésta dimensión crítica, la que distingue a las universidades de las escuelas y entrenamientos. La responsabilidad ética de las universidades es cuestionar las demandas de la verdad, buscar explicaciones, encontrar buenos entendimientos, y no proponer una u otra doctrina sin cuestionarla.