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Mientras otro año académico comienza en Afganistán, el país continúa enfrentando inseguridad, una epidemia de corrupción dentro del sistema educativo y viejas costumbres que mantienen a estudiantes y maestros calificados lejos de las aulas. La violencia y la corrupción son problemas difíciles de resolver solo a nivel comunitario. El aumento de la violencia obligó el cierre de más de 1000 escuelas desde 2016 y según un informe elaborado por el supervisor de corrupción independiente del país, la corrupción está teniendo efectos “devastadores” en el sistema educativo y en el país.

Organizaciones No-gubernamentales (ONG) han declarado que hay estrategias de corrupción en el Ministerio de Educación y Ciencias relacionadas con el fondo presupuestario designado para las necesidades de las escuelas. De acuerdo al líder de la ONG de Información de Maidan; el Ministerio de Educación dio una orden, en la cual solo una compañía puede proporcionar equipos escolares. Observó que muchos de los equipos escolares no han sido actualizados desde épocas soviéticas, de manera que no está claro que pasa con los 200 millones en fondos del estado que se reservaron para éste propósito.

En Camerún rural, presupuestos asignados y gastos del gobierno, todavía no son del conocimiento público. El Equipo de Integridad Focal de Camerún (FITCAM) logró convencer a oficiales públicos de revelar información de interés a organizaciones de la comunidad. Posteriormente apoyaron a ciudadanos a pedir a las autoridades; rendición de cuentas de proyectos locales de educación, en la División de Fako de Buea, al Suroeste de Camerún. Después de exponer las prácticas de corrupción de los contratistas, el Ministro de Contratos Públicos declaró haber ahorrado 5,342,765 CFA (aprox. $5,980) a través de renegociaciones relacionadas a un número de proyectos.