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En 2017, un estudio de la Fundación de la Red de Estudiantes Femeninas de Zimbabue, señaló que los empleados masculinos de los campus han acosado sexualmente al 74% de las estudiantes en la educación superior de todo el país. Según un consultor de la educación en salud de las Naciones Unidas, muchas instituciones de aprendizaje superior no tienen políticas ni programas establecidos para tratar con el acoso sexual y, aun cuando existen las políticas, las estudiantes no reportan estos casos de acoso, por miedo.

Transparencia Internacional de Zimbabue informa que muchos estudiantes son presionados a tener sexo a cambio de buenas notas, y cuando tienen la valentía de reportarlo, con frecuencia la justicia es difícil de obtener. La sextorsión, donde la modalidad del soborno es el sexo y no dinero, todavía no es reconocida como una forma de corrupción en las universidades de Zimbabue, donde no tienen una política clara para identificar y abordar dichos casos. No existe un marco jurídico que reconozca la sextorsión como una forma de corrupción, y la policía tiene una comprensión limitada de la misma.