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En septiembre 24 del 2017, el periódico holandés de Volkskrant, publicó un reportaje de una investigación sobre auto-plagio (zelfplagiaat), realizado por un grupo de investigación de Nijmengen. El sociólogo de ciencias y su estudiante de doctorado analizaron 922 publicaciones de científicos de años recientes. En economía, el 14% de los trabajos contenían texto de propias publicaciones pasadas, en psicología el número fue de 5%. Incluso encontraron un artículo duplicado; publicado nuevamente con un pequeño cambio, y dos artículos sumamente parecidos por el mismo autor en la misma edición de una revista. También detectaron que los autores que publican más artículos son más propensos a reutilizar sus textos.

La organización sueca a cargo de revisar investigaciones, ha concluido que el cirujano golpeado por escándalos, era culpable de mala conducta científica; por describir de manera engañosa las operaciones de tráquea sintética como exitosas en una serie de artículos científicos. En el 2014, cuatro doctores del Hospital Universitario de Karolinska en Estocolmo, lo reportaron al presidente del Instituto de Karolinska (KI) por presuntamente distorsionar los hechos de sus operaciones con tráqueas artificiales cuando los presentó a revistas científicas. Los artículos luego fueron revisados en el 2015, por el profesor de ciencias quirúrgicas de la Universidad de Uppsala, quien concluyó que el cirujano era culpable de mala conducta científica, pero la evaluación general de KI era para limpiar su nombre y el de los coautores.

Una reciente investigación de plagio en la educación superior, realizada por la Agencia de Garantía de Calidad, encontró cientos de compañías produciendo regularmente trabajos para estudiantes para pasarlos como propios. El año pasado se vieron afiches de una campaña publicitaria de una fábrica de ensayos puestos alrededor del metro de Londres – particularmente en los puntos cerca de campos universitarios. Con frecuencia involucran estudiantes pagando cientos de libras para escribirles reportes personalizados. Después de una investigación publicada en el 2006, este comportamiento se ha conocido como “trampa por contrato”. Sigue siendo uno de los retos más importantes para la preservación de la integridad académica en la educación superior.

Oficiales del gobierno están llevando a cabo una batalla con padres de familia que tuitean preguntas de exámenes nacionales que están siendo tomados por estudiantes de primaria en Inglaterra. El Departamento para la Educación quiere que cualquier información del contenido de Sats en los exámenes sea eliminado ya que los estudiantes toman los exámenes varias veces durante dos semanas. Oficiales han estado mandando mensajes a los padres desde el lunes pidiéndoles que borren los tuits donde describen detalles de las preguntas. El Departamento para la Educación dijo que quería frenar la trampa.

El departamento de Educación está planeando introducir leyes para demandar a las compañías de “fábricas de ensayos” que ofrecen escribir las tareas escolares de estudiantes a cambio de dinero. Dicho paso, es en respuesta a una creciente preocupación sobre la práctica que permite a estudiantes evitar los sistemas de detección de plagio de las universidades. El uso de estos servicios no es fácilmente detectado ya que el software usado por universidades solo detecta lo que los estudiantes han copiado de textos académicos anteriormente publicados. Dijo que las nuevas directrices serían desarrolladas en consultas con proveedores, estudiantes y otras partes relevantes, y que serían informados por recientes experiencias y estudios del Reino Unido.

El Ministro de Universidades y Ciencias demanda penas nuevas y más severas para estudiantes universitarios que hacen uso de las fábricas de ensayos – sitios web que ofrecen ensayos escritos personalizados – e hizo un llamado a universidades y consejos estudiantiles a hacer más para abordar el crecimiento de dichos servicios. A la Agencia de Garantía de Calidad para la Educación Superior también se le pidió que tomara acción en contra de la publicidad en línea de estos servicios y que trabajara con agencias internacionales para lidiar con este problema.

Por primera vez, estudiantes que se les encuentren copiando pudieran ser penalizados, entre temores que miles están comprando disertaciones en línea – una tendencia que ministros afirman amenaza la calidad de licenciaturas universitarias británicas. La Agencia de Garantía de Calidad, organismo de vigilancia de universidades, dijo que cientos de “fábricas de ensayos” están cobrando hasta €6,750 por escribir una tesis de doctorado. El año pasado, la agencia publicó un informe sobre la magnitud del tema, el cual reveló que los servicios de ensayos estaban disponibles desde €15 hasta miles de libras esterlinas, dependiendo de su complejidad.

La Universidad de Devonshire, la Universidad de Wexford y la Universidad de Palmers Green, están entre los nombres comerciales del Programa de Licenciaturas Universitarias, establecidas con sitios web, haciéndose pasar por universidades acreditadas. Afortunadamente, estas instituciones hace mucho fueron cerradas, pero puede ser que los títulos que emitieron sigan en uso. Nuevas universidades falsas aparecen todo el tiempo. Para mantener la integridad académica se necesita estar alerta y continuar con la vigilancia. Necesitamos parar a universidades falsas, que hacen transacciones de productos que no están autorizados a otorgar.