La actual pandemia del COVID-19 ha hecho que la enseñanza y la organización de los exámenes en línea sean una tarea difícil en las universidades vietnamitas. Los examinadores han tenido que introducir varios métodos para hacerle frente al aumento de las trampas. Los estudiantes deben asistir a un examen en los sistemas de la universidad con supervisión a través de Zoom, y se les reconocen sus trabajos si están físicamente presentes durante todo el examen. Si se descubren trampas, los profesores tienen derecho a suspender a los estudiantes.

Un ex director y otros dos subdirectores de la Universidad de Dong Do, en Vietnam, fueron procesados por expedir cientos de títulos falsos y ganar ilegalmente más de 310,000 dólares. La acusación también señala que el Ministerio de Educación y Formación no cumplió con sus responsabilidades en el control de la aplicación de la normativa sobre matriculación y formación universitaria.

En Vietnam existe un masivo fraude de agentes de educación cobrando $5,000-10,000 por adelantado a las familias con estudiantes becados por instituciones de EU. Las agencias más grandes, son más especializadas, ayudando a que los estudiantes sean aceptados a «universidades más selectivas», con paquetes que incluyen asistencia para escribir ensayos, completarlos en nombre de los estudiantes y otros servicios, incluyendo la creación de actividades extra curriculares que sus clientes pueden agregar en su aplicación.

En 2007, Transparencia Internacional asignó a Viet Nam un pésimo puntaje de 2,6 en una escala de 1 a 10, donde 10 era el menos corrompido. La corrupción tiene un carácter epidémico en Viet Nam: el soborno para el ingreso a las escuelas, los exámenes o las evaluaciones son moneda corriente. Las prácticas corruptas son la norma, en lugar de ser la excepción. Durante una encuesta informal en las aulas, más del 95% de los estudiantes reconoció haber hecho trampa por lo menos una vez en la clase y todos habían observado situaciones en las que otros estudiantes habían hecho trampa.