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El Departamento de Educación ha puesto en marcha una página Web que cuenta con una lista de 6.900 instituciones académicas acreditadas por una agencia de acreditación o autorización del Estado. La página Web está diseñada para ayudar a los empleadores a distinguir entre las instituciones acreditadas de educación superior y las instituciones no acreditadas, comúnmente llamadas "fábricas de títulos", que ofertan grados falsos.

El jurado de inculpación federal de Kansas acusó hace un mes a un ex entrenador de baloncesto de una facultad de haber arreglado que sus jugadores recibieran créditos académicos fraudulentos y haber robado US$ 120.000 en Pell Grants. El ex entrenador se expone a un total de 51 años de prisión y más de US$ 1,5 millones en multas si se lo encuentra culpable de todos los cargos.

En Kenya, Tanzania y Uganda se ha encontrado a personas que compran diplomas falsificados en toda suerte de fábrica de diplomas y otras universidades fraudulentas. Esas universidades no tienen existencia física y operan sólo mediante sitios en la Web. La mayoría de las fábricas de diplomas operan desde la Gran Bretaña o los Estados Unidos, donde se asume que los estándares académicos son muy altos. Recientemente, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) recolectó una lista de más de 10 mil personas que han obtenido un diploma falsificado de fábricas situada en los EE.UU. Un número significativo de ellos provienen de Sudáfrica, Kenya y Nigeria. Actualmente hay unas 80 fábricas de diplomas conocidas que operan desde los EE.UU. y el Reino Unido.

Antes de repartir los exámenes de fin de curso de la asignatura de composición literaria en el Gavilan College de Gilroy, Steve Schessler dedica tiempo a hablar de algo que lleva atormentando a los maestros desde el principio de los tiempos, o al menos desde el nacimiento de los deberes. El tema que aborda es el plagio, y una votación a mano alzada revela que sus alumnos no tienen del todo claro el concepto.

Los estudiantes chinos llevan décadas viajando a Estados Unidos para estudiar, pero en los últimos años su número ha aumentado de forma muy notable. Muchos de ellos solo tienen un conocimiento básico de las universidades extranjeras y afrontan grandes dificultades para encontrar sentido a aplicaciones de gran complejidad. Como resultado, en el país ha comenzado a proliferar una industria de agentes educativos dedicados a orientarles y, en algunos casos, a hacer lo que sea absolutamente necesario para asegurarse de que sean aceptados.

La frontera en la batalla para derrotar al engaño de los estudiantes puede que esté aquí, en el centro examinador de la Universidad de Florida Central  ... Ya que la eterna tentación de los estudiantes por copiar en los exámenes se ha adentrado en la alta tecnología — no ya solo en exámenes, si no también en cortar y pegar información de Internet y compartir deberes online como si fueran archivos de música — los educadores han respondido con sus propios esfuerzos para tomar medidas más duras.

¿Realmente se podría reducir el plagio estudiantil? Y, ¿se podría reducir no por medio del miedo de ser pillado si no a través de la ... educación? La prueba se muestra en un estudio emitido en enero que sugiere que la respuesta a ambas preguntas es "sí" – lo cual tendría una gran acogida entre los académicos que se quejan constantemente de que los estudiante o bien no saben lo que es el plagio o no siguen las reglas sobre integridad en sus trabajos.

El Iona College reconoció el pasado martes que el anterior rector había, durante casi una década, manipulado y dado falsos informes con datos relativos a estudiantes, a funcionarios del gobierno, a organismos acreditativos, a agencias de clasificación de títulos y a otros.

Una reveladora publicación en un blog realizada por un profesor de la Universidad de Nueva York afirma que más de 20 estudiantes de empresariales de dicha universidad privada de élite copiaron partes del trabajo que presentaron para una de sus clases. Declaró que la crítica que los estudiantes le hicieron a sus evaluaciones tuvo como resultado una penalización económica para él.

Durante sus años de enseñanza, un veterano profesor universitario de química dijo que había sido testigo de numerosos casos de mala conducta, descubriendo a estudiantes escuchando las clases, estudiando tarjetas y teniendo acceso a material del curso en los descansos para ir al cuarto de baño durante los exámenes.