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Ghana. Kazajistán. Polonia: En numerosos países los profesores tienen que recurrir al soborno para abrirse camino en los centro de formación del profesorado. Por otro lado, algunos cobran salarios por unas clases que en realidad no imparten; y cuando lo hacen, sobornan a los estudiantes a cambio de un aprobado en los exámenes. También es práctica común lo que se conoce como el "gran negocio de los libros de texto".

Diez semanas al frente del instituto de secundaria más rebelde de Belgrado terminó con la pasión de su directora por la educación. Solo unos pocos miembros del personal del centro estaban dispuestos a cooperar con ella para desarticular un sistema de sobornos a cambio de buenas notas. Cuando la policía sorprendió a un profesor de matemáticas aceptando un billete marcado de 50 euros de uno de los estudiantes y el problema salió a la luz pública, los profesores se rebelaron contra ella con un voto de censura a su autoridad.

Según el Ministerio de Educación y Deporte, al menos 952 profesores son "fantasmas", o se les mantiene de manera irregular en nómina. Diversas investigaciones han revelado que algunos directores han permitido que algunos profesores permanezcan en nómina de manera irregular. Con un salario medio de 250.000 chelines ugandeses al mes por profesor, el gobierno ha estado pagando 238 millones de chelines ugandeses cada mes a los profesores fantasmas.

Los bajos salarios y el poco rigor de los estándares han generado un círculo vicioso: los profesores y los administradores escolares sobornan; los padres sienten que no lo pueden rechazar.

Los niños pueden pagar para tener mejores notas. Otras prácticas conocidas: compra de diplomas, la "corrección" de las libretas de notas, la solicitación de favores a los profesores, la malversación de los derechos de escolaridad

Una ola de corrupción invade el sistema desde la educación secundaria hasta la superior. Las escuelas también sufren por la "pérdida de profesores".