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Algunos políticos obligaban a las universidades a contratar a amigos suyos a cambio de la garantía de un flujo constante de fondos. A través de la falsificación de documentos y del soborno a los funcionarios adecuados, el personal de la universidad se aseguraba unas pensiones de jubilación mayores y así se podrían retirar antes de la edad habitual.

El profesorado es la llave de paso que determina la primera exposición de los estudiantes a las normas éticas y las tradiciones. Muchos observadores de la cultura académica contemporánea han documentado casos de comportamientos irresponsables y poco éticos entre el profesorado. Entre los ejemplos se citan llegar tarde clase, el uso de lenguaje vulgar en foros académicos, mostrar favoritismo entre los estudiantes, el uso indebido de fondos del campus, el plagio, relaciones sexuales con los estudiantes, el fracaso para desempeñar con eficacia las tareas administrativas y, lo más básico, la falta de voluntad para defender el valor de la verdad en la enseñanza y la investigación.

El asesor legal de la Universidad Eduardo Mondlane negó que hubiera algo deshonesto en asignar becas a personas que no trabajan en la universidad. Sin embargo, solo en 2003 se gastó presuntamente más de US$ 147.000 en la hija del rector, dos hijos del director de relaciones públicas de la universidad y 16 otras personas, en lugar de utilizarse para que los profesores obtuvieran títulos en el exterior.

El presidente de la institución postsecundaria más grande del país la defendió de los ataques de políticos que la habían acusado de corrupción generalizada. También se ha insinuado que la universidad es un centro de nepotismo y de contabilidad fraudulenta.

Un informe oficial ha criticado duramente la gestión financiera del elitista Instituto de Estudios Políticos de París tras encontrar evidencia de bonificaciones exorbitantes, ausencia de control y despilfarro de fondos públicos. El informe pone de manifiesto una gestión caótica consistente en "pequeños tratos entre amigos y una administración poco seria de los fondos públicos".

El nuevo presidente electo de Corea del Sur, ha convertido el pilar de su campaña en el quebrantamiento del casi monopolio que existe en las principales universidades del país sobre los mejores trabajos y ha repetido la promesa hecha por diferentes partidos en pasadas elecciones de bajar las cuotas de las matriculas – las cuales están entre las más altas del mundo. En particular, con el fin de mejorar los prospectos para jóvenes graduados fuera de la capital, Seúl, ha dicho que se enfrentará a “la red de viejos” y dominio de las universidades más importantes del país que aseguran los mejores trabajos en negocios y políticas para sus alumnos.