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Expertos y docentes debaten la lucha contra el fraude académico en las escuelas de África, incluidas las prácticas corruptas más comunes y las posibles soluciones.

El fraude en los exámenes sigue siendo el mayor reto para la Junta de Admisiones y Matrículas (JAMB), especialmente entre los padres de familia que constantemente piden que sus hijos reciban tratos especiales, sin importar si cumplen con los requisitos. JAMB también está luchando contra la corrupción en instituciones de educación superior que aceptan a estudiantes al margen de los lineamientos del Ministerio de Educación.

Después de una reunión de altos dirigentes del pasado viernes, funcionarios del servicio policial, Ministerio de Educación, y del KNEC (Consejo Nacional de Exámenes de Kenia), serán enviados a seis partes del país para investigar denuncias donde anticipan que se hará trampa en los próximos exámenes nacionales. El presidente del KNEC ha advertido a los directores a no cobrar dinero a los padres de familia para la compra de materiales de exámenes falsos para sus candidatos.

En una reciente entrevista radial, la ministra de educación resaltó la campaña nacional que actualmente se prepara en su departamento ministerial, la cual está dirigida a estudiantes y sus padres con el objetivo de crearles conciencia de la lucha en contra del fraude en los exámenes, que cada vez es más común en las escuelas. La Ministra declaró, que a pesar del hecho que los tramposos están utilizando tecnología más sofisticada, el sector educativo está decidido a luchar esta tendencia.

Un escandaloso engaño a gran escala. Fue un auténtico escándalo ver imágenes que se propagaron por la red como la pólvora, en las que docenas de padres subían por las paredes del edificio donde se celebraba el examen para ayudar a sus hijos Se podía ver a docenas de personas, con teléfonos móviles y copias de los exámenes en mano, asomándose por los alféizares de las ventanas del edificio donde tenían lugar los exámenes finales del trimestre.

Ocho padres de familia y profesores que utilizaron alta tecnología para copiar en los exámenes de ingreso de una facultad fueron encarcelados. Fueron sentenciados a penas de reclusión de seis meses a tres años tras haber sido encontrados culpables de utilizar celulares,  auriculares diminutos o miniescáneres a fin de obtenter secretos de Estado.

Un miembro de la comisión responsable de los exámenes de fin del ciclo secundario (BEPC) y 50 otras personas fueron arrestadas. Según la policía, ellos robaron copias de las pruebas antes del inicio de los exámenes. Utilizando nueva tecnología, copiaron rápidamente las preguntas y las revendieron a los estudiantes y los padres de familia en algunas regiones del país.