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Las universidades aumentan el número de medidas a tomar para combatir el fraude académico ya que existen sitios web que se ofrecen a hacerles sus trabajos escritos. La proliferación de servicios online orientados a estudiantes universitarios que se ofrecen a elaborar sus trabajos escritos a cambio de dinero ha provocado que las universidades revisen su política contra el plagio. DCU es una de una serie de instituciones que están cambiando sus métodos de evaluación, conjuntamente con la aparición de un software de detección del “copia-y-pega”, con objeto de combatir la amenaza que supone el fraude académico.

Los órganos de acreditación mantienen a cientos de escuelas con unos bajos índices de alumnos graduados o con un alto número de impagos de sus préstamos. La mayoría de las universidades no pueden mantener sus puertas abiertas sin un sello de aprobación de algún órgano de acreditación, que se necesita para que los estudiantes tengan acceso a préstamos y becas federales. Pero los órganos de acreditación casi nunca expulsan a las universidades con peores resultados académicos y carecen de estándares uniformes para evaluar los índices de graduación y los impagos de préstamos.

La Facultad de Medicina de la Universidad de Sidney revisará una de sus unidades de estudio tras el escándalo académico en el que se vieron envueltos estudiantes que habían falsificado informes y dijeron haber entrevistado a pacientes ya fallecidos. Una portavoz de la universidad anunció que revisarían su programa anual de Medicina Poblacional Integrada, después de que se descubriera que los estudiantes habían falsificado informes que se suponían documentaban la experiencia de pacientes que vivían con enfermedades crónicas.

Un líder político de Renania del Norte-Westfalia está implicado en un escándalo por el mal manejo de una prueba de seminario. El Demócrata Cristiano incumplió los procedimientos correctos para corregir dichas pruebas, cuando asistía como profesor invitado en la Universidad RWTH Aachen.

El Ministro de Entrenamiento y Educación Superior dijo que se iniciará una auditoría forense de prácticas corruptas multibillonarias del gobierno relacionadas con fondos estudiantiles. El programa recibe una parte significativa del presupuesto del departamento. Estudiantes que no cumplieron con el régimen del umbral de financiamiento fueron otorgados préstamos, poniendo otros que se lo merecían en desventaja

¿Un sitio Web que ayuda a los estudiantes a plagiar? Académicos y funcionarios administrativos de las universidades de Concordia y McGill muestran su preocupación por Course Hero, un sitio Web que se dedica a intercambiar apuntes entre los estudiantes y que se jacta de intercambiar algo más que apuntes. Tan solo mirando algunas de sus cientos de páginas, CBC Montreal Investigates encontró 35 capítulos subidos de libros de texto, así como 56 presentaciones de profesores.

Se estima que universidades australianas están pagando más de $250 millones a intermediarios que no están regulados para reclutar estudiantes extranjeros; a pesar que existe un conocimiento generalizado de que muchos de ellos son corruptos y poseen documentos falsos.

Un estudiante de doctorado de la Universidad de Michigan en Ann Arbor realizó un estudio sociológico sobre la corrupción en la educación superior. Basó su estudio en su propio examen de 2009 en Illinois, donde se produjo un escándalo relacionado con la prueba de acceso. Su estudio se centró en un proceso de admisión, oculto y aparte, que utilizó la Universidad para así facilitar el acceso de solicitantes relacionados con personajes políticos, donantes y funcionarios universitarios. Su trabajo concluye que la mala conducta administrativa es con frecuencia "un problema organizativo que requiere soluciones organizativas."

Varias universidades de Sidney envueltas en un escándalo de malas prácticas, entre las que se incluye la de estudiantes que utilizan servicios online que escriben sus trabajos de clase, declaran que están dando respuesta y que van a tomar medidas enérgicas contra este nuevo método de engaño. El rector de la Universidad de Sidney declaraba que él en persona se pondría a la cabeza de un grupo especial designado para investigar la mala conducta académica tras la aparición de estos nuevos métodos de engaño.