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La escuela de Fenglan, violó las regulaciones y usó publicidad falsa para matricular a más estudiantes de su capacidad legal. 400 estudiantes se desaparecieron del sistema de registro estudiantil local. Según un estudiante, la escuela les pidió que firmaran un acuerdo diciendo que los estudiantes tomarían el examen estándar, como adolescente residente local, no asociado con la escuela. Como resultado, los estudiantes no se podían graduar ni tomar un examen de admisión universitaria. Algunas escuelas privadas también sobornaban a funcionarios educativos locales con el fin de obtener matrículas para estos estudiantes sin calificaciones.

Esto es lo que ofrece una ley aprobada el pasado otoño, con el fin de combatir niveles endémicos de trampa durante el Gaokao, los exámenes nacionales de China, que determinan el futuro profesional de sus candidatos. Siguiendo la adopción de la ley, estudiantes que sean sorprendidos haciendo trampa o acusados de hacer trampa, pueden enfrentar siete años en una cárcel del estado. La ley aprobada el otoño pasado, también hace de la trampa, un crimen. Es por eso, que el pasado 7 de junio, el día del Goakao, las autoridades chinas ordenaron un despliegue de 768 policías, encargados de supervisar los 96 centros de exámenes en el país.