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A través de la región Latinoamericana, un escándalo de alto nivel, tras otro han manchado a los actuales o recientes presidentes o vicepresidentes. El precio es un horrible servicio público, desde el transporte y la educación hasta el orden público y salud. Mientras las arcas del estado son saqueadas, nombramientos y contratos son otorgados por favores en lugar de méritos. Sin embargo, contra todo razonamiento, el contínuo flujo de encabezados desconsoladores acerca de sobornos, la propagación de influencias y nepotismo pueden realmente ser buenas noticias. Muchos expertos consideran que las revelaciones públicas son un signo que la corrupción en la región está siendo cada vez menos tolerada.

Esta mañana la Ministra de Educación hizo su primera aparición ante el Tribunal de Justicia de Windhoek, en el caso donde enfrenta cargos de corrupción. Será procesada bajo acusaciones de que corruptamente usó su oficina como gobernadora de Hardap en diciembre 2014, para colocar a dos de sus familiares en la lista de beneficiarios del programa urbanización masiva en Mariental.

En el Ministerio de Educación, hay casos de favoritismo, nepotismo y corrupción, están sujetos a auditorías de desempeño; enfocadas a apegarse a las normativas de adquisición del gobierno y gestión de contratación. Según el líder de la oposición, las denuncias se relacionan al mal uso de fondos públicos y a la contratación de personas como consultores, solo por el hecho de estar ”políticamente conectadas”, pero “no están haciendo su trabajo”.