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La corrupción académica existe en la educación doctoral, aun cuando debería reflejar los más altos estándares de integridad académica. Los títulos de doctorados se han vuelto muy populares entre políticos, burocráticos estatales, funcionarios públicos y personas buscando empleos académicos. En Ucrania, se ha formado un mercado completo de escritores fantasmas que ofrecen disertaciones por encargo. Este mercado está conformado no solo por individuos, sino por compañías oficialmente registradas. Si en 2009, habían 16 de esas compañías, para el 2016 el número se había triplicado, alcanzando las 46.

La Universidad College de Londres (UCL) ha declarado que su centro de tecnologías Blockchain ha finalizado recientemente un programa piloto que permite a graduados de la maestría en Gerencia de Riesgo Financiero ofrecer confirmación inmediata de su cualificación académica a través de bitcoin. La nueva empresa Gradbase basada en Londres ha desarrollado una plataforma en la cual todos los graduados en 2016-2017 del curso mencionado anteriormente puedan registrar sus credenciales de título. La validez de esta información es verificada por la escuela y seguida por el sistema proporcionando una transacción aprobando la autenticidad de estos títulos a través de bitcoin.

Se espera que el plan del Gobierno; de redactar una política que tenga como objetivo la calificación del fraude; coseche resultados positivos en Sur África, Así mismo asegurar que instituciones terciarias de Sur África no sean robadas de la reverencia que muchas de ellas se han ganado a través de las décadas. Uno de los beneficios principales será que la verificación del CV será estandarizada, garantizando exactitud sin espacio a incumplimientos, tanto en el sector público como privado.

A pesar de las promesas de grandes reformas en la educación hechas por el nuevo presidente, el sistema soviético sigue funcionando. Muchos alegan que los burócratas que participan en la renovación de las escuelas frecuentemente firman contratos dobles con empresas constructoras extranjeras, deliberadamente concebidos para permitir que una gran proporción de los costos que figuran en los contratos desaparezcan. Además, los sobornos se siguen considerando como un segundo prerrequisito para la admisión en la universidad, tras las notas obtenidas en los exámenes de ingreso estandarizados.