La Comisión Europea quiere llamar a licitación entre ahora y finales del año para establecer un sistema europeo de clasificación educativa para las universidades. Esta clasificación, que estará disponible en 2010, plantearía una alternativa a la de Shanghái. De hecho, un estudio realizado en 2008 cuestiona esta clasificación. El objetivo de este análisis era evaluar cambios en la metodología con el fin de determinar la evolución de la clasificación final cuando hay diferencias de nivel, cuando los sistemas de agregación varían o incluso cuando no se toma en cuenta uno de los seis indicadores. Resultado: la clasificación puede variar en docenas de lugares.

Las universidades decididas a escalar puestos en los rankings internacionales cada vez "amañan" más la metodología, según ha declarado Shaun Curtis de la Universidad de Exeter en el Reino Unido en la conferencia "Visiones del Mundo 2013" de la semana pasada. Una forma consiste en buscar el apoyo de colegas de otras instituciones que están respondiendo a cuestionarios de clasificaciones, y otra maquillar los datos.

Un estudio encargado por el gobierno acerca de la posición de las universidades noruegas en el ranking mundial – más concretamente comparadas con otras instituciones nórdicas – ha concluido que incluso los rankings más altos se basan tanto en valoraciones subjetivas de factores y en datos tan ambiguos que no son útiles para tomarlas como base de información si el objetivo es mejorar la educación superior.

Desde su elección en el 2004, el presidente de Georgia se ha dado a la tarea de reformar endémicamente la corrupción del sistema universitario a través de medidas drásticas pero efectivas. Reformas orientadas tanto a procesos de admisión como la calidad de la educación superior.

Ucrania tiene poco que ofrecer a sus estudiantes internacionales. La calidad de educación ofrecida es baja, hay un sinfín de burocracias y la corrupción abunda. A lo largo de un cuarto de siglo, la calidad de educación ofrecida ha ido bajando dramáticamente, no sólo debido a la falta de fondos estatales y a una subsecuente fuga de cerebros, pero primordialmente a una desenfrenada corrupción endémica. Reformas estructurales fallidas y una incapacidad institucional en la educación superior ha dejado a Ucrania con una juventud sin esperanzas de recibir una educación de primer nivel y ha tenido un impacto negativo en estudiantes internacionales también.

Un documental de ITV investigó si algunas escuelas están tomando medidas deshonestas para alcanzar calificaciones altas. Se dice que el problema se desarrolló después que tablas comparativas de resultados de exámenes fueron introducidas en 1992, presionando a las escuelas a desempeñarse mejor. Las escuelas pueden obtener más recompensas financieras si sobresalen en las tablas comparativas, mientras que empleos de directores y maestros están en riesgo si una mala inspección Ofsted significa que la escuela lleva a cabo medidas especiales.

Quacquarelli Symonds (QS), censuró a la Universidad más antigua y mejor clasificada de Irlanda - Trinity de Dublin, por quebrantar las reglas de su clasificación global, lanzando una campaña, que ellos “claramente prohíben”. En años recientes, Trinity, junto con otras universidades irlandesas bajaron en las clasificaciones. Debido a esto lanzaron una campaña de concientización diseñada a asegurar que su investigación fuera destacada y cerciorarse que participantes claves estén conscientes de próximas encuestas.