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Un estudio dirigido por estudiantes de la Universidad de Chulalongkorn muestra que un gran número de estudiantes están ascendiendo en el escalafón académico no gracias al trabajo duro y a su inteligencia, sino a copiar en los exámenes. Los trabajos ya hechos se vendían a una tarifa que iba desde los 15 a los 30 bahts por página, dependiendo de la asignatura en cuestión y la urgencia. Los estudiantes podían adquirir una amplia variedad de trabajos por adelantado o exámenes escritos.

Las empresas que emplean a personas diplomadas para redactar ensayos y completar trabajos de los estudiantes de licenciatura pretenden que no están minando los estándares académicos, ya que el fraude sólo ocurre si los estudiantes presentan el trabajo como si fuera suyo, algo que ellos desalientan. Por otra parte, el reducido número de horas de contacto entre los profesores y los estudiantes de licenciatura hace más difícil que el personal detecte el trabajo que no concuerda con las competencias de los estudiantes o el estilo de escritura.

Las fábricas de trabajos escolares y los sitios de fraudes están perdiendo terreno ante la aparición de sitios web sociales y otros generados por el usuario como fuentes de material de trabajos para estudiantes, siendo Wikipedia la página que encabeza la lista de fuentes de plagio. Una tercera parte de los contenidos duplicados procede de sitios en línea en los que la gente contribuye y comparte sus creaciones, mientras que solo el 15 por ciento está vinculado a sitios que promueven específicamente la "deshonestidad académica."

Una decana asociada de servicios académicos dedica gran parte de su tiempo a estudiar, a lamentar y a preocuparse por las prácticas fraudulentas que afectan a las universidades, pero un servicio en línea con sede en Montreal que impulsa la actividad a un nuevo nivel ha hecho que el pellizco sea aún más doloroso. El sitio Web unemployedprofessors.com tiene a profesores escribiendo artículos para los estudiantes. Su lema: "Así usted puede jugar mientras nosotros hacemos desaparecer sus trabajos".

La policía, en colaboración con las autoridades educativas, está investigando un gran número de denuncias de fraude presentadas por estudiantes internacionales de institutos terciarios de todo el país. El hombre que ha hecho saltar las alarmas alega haber sido contratado para redactar las admisiones de estudiantes de diversas universidades que no cumplían los criterios de nivel lingüístico.

Hasta 100.000 estudiantes al año utilizan actualmente las docenas de empresas enmascaradas que se dedican a producir trabajos a medida para asegurar altas calificaciones.

Al frente de la compañía envuelta en un escándalo de trampa académica de gran escala, es una mujer de negocios originaria de China. La empresaria de 30 años ha utilizado su licenciatura en contabilidad para crear un servicio de escritura fantasma muy lucrativo, llamado “MyMaster”. Este campo ha visto a la compañía MyMaster ganar por lo menos $160,000 durante el 2014 y entregar más de 900 tareas fraudulentas a estudiantes dispuestos a pagar $1,000 por el trabajo.

Varias universidades de Sidney envueltas en un escándalo de malas prácticas, entre las que se incluye la de estudiantes que utilizan servicios online que escriben sus trabajos de clase, declaran que están dando respuesta y que van a tomar medidas enérgicas contra este nuevo método de engaño. El rector de la Universidad de Sidney declaraba que él en persona se pondría a la cabeza de un grupo especial designado para investigar la mala conducta académica tras la aparición de estos nuevos métodos de engaño.