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Según el estudio "Las universidades ficticias, títulos imaginarios - Suecia y el mundo", se ha detectado un aumento en el número de solicitantes de empleo sorprendidos intentando hacer pasar títulos falsos como auténticos, con más de 30 casos reportados en los últimos dos años. Según la Agencia Nacional para la Educación Superior, hay más de 800 universidades falsas basadas en la Web. El estudio recomienda el uso de una base de datos digital que los empleadores puedan acceder para verificar las cualificaciones del solicitante, proyecto en el que Australia ya está trabajando.

Grados falsos de todas las universidades de Gales se están vendiendo en Internet por menos de 40 libras cada uno, según ha revelado una investigación del periódico Wales on Sunday. El sitio Web, llamado Fake Certificate Factory (la fábrica de certificados falsos, en inglés), ofrece títulos de las principales universidades de Gales, entre otras las de Cardiff, Swansea, Glamorgan, Aberystwyth y Bangor. El periódico consiguió comprar un título de grado en literatura inglesa con el escudo de la Universidad de Cardiff por solo 39,95 libras esterlinas y lo recibió al día siguiente por correo. Por 49,95 libras más habrían podido adquirir una transcripción falsa con un desglose detallado de las notas supuestamente obtenidas por un estudiante universitario en los exámenes finales.

La comisión de Camerún responsable de evaluar las titulaciones de educación superior emitidas en el extranjero ha dejado al descubierto más de 300 casos de diplomas fraudulentos, informó QuotidienMutations.info de Yaoundé.

Según un reportaje de ABC Action News WFTS de Florida, las fraudulentas fábricas de diplomas falsos que hacen uso de “hábiles sitios Web” y afirman estar “acreditadas a nivel nacional” para atraer a honrados estudiantes que lo que buscan es mejorarse a sí mismos a través de la educación, lo único que ofrecen son certificados que cuestan cientos de dólares y que “ni siquiera valen el papel en el que vienen impresos”.

La semana pasada un programa de TV sacaba a la luz pública la existencia de una fábrica de certificados y diplomas en una de las escuelas de aviación más importantes de Kenia. También ponía al descubierto una extendida decadencia en instituciones de educación superior, muchas de las cuales se ven envueltas en malas prácticas académicas y algunas otras están repartiendo cualificaciones sin necesidad de que los alumnos pisen el aula ni que estudien.