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Un estudio de la Universidad de California, reveló que los rankings pueden estar distorsionados por las actividades comerciales del clasificador, incluyendo la venta de servicios de consultoría, análisis y otros a universidades. Resultados demuestran que las universidades rusas, que usan servicios proporcionados por QS; una de las principales compañías de rankings, han subido posiciones en el Ranking Mundial de Universidades QS, independientemente de las mejoras en la calidad de sus instituciones.

La trampa de los estudiantes ha llegado a niveles sin precedente a nivel mundial, desde malas prácticas académicas entre universidades británicas del Grupo Russell desde 2014-2017; trampas continuas entre estudiantes atletas para entrar o quedarse en universidades de Estados Unidos; compartir asignaciones de exámenes no autorizados en Suiza, contratos de trampa en Australia para plagio en varios países del Este de Europa. Si las universidades solo declaran su integridad, pero no la practican, será difícil esperarla por parte de los estudiantes.

Según un reportaje publicado por el Consejo de Acreditación de la Educación Superior y el Grupo de Calidad Internacional, la corrupción en la educación superior varía entre países, pero resalta prácticas con poca ética, inapropiadas e ilegales. Algunos ejemplos incluyen a líderes universitarios y profesores con doctorados inmerecidos o falsos, impactando en la gobernanza de algunas universidades rusas. En Kosovo se han propagado los «consultores fantasmas» o absentismo de académicos de alto nivel, delegando sus responsabilidades de enseñanza o supervisión a subalternos o estudiantes de investigación; y en Uganda estudiantes y maestros acosando sexualmente, amenazando o causándole daño a personal docente.

La formación profesional 3aaa, financiada por el gobierno fue sometida bajo administración inmediata, dejando 4,500 aprendizajes en riesgo, después que el Departamento de Educación habría retirado su financiación de la compañía siguiendo una investigación policial por fraude. El año pasado, el Departamento para la Educación y la Agencia de Financiación de Educación y Capacidades asignaron más de £31m a 3aaa para aprendizajes y proyectos de aprendizaje para adultos.

Hallazgos de investigaciones preliminares de corrupción académica sugiere que la acreditación y los organismos de garantía de calidad en algunos países han tenido éxito manejando el problema, pero cuestiona cómo tratar con el difícil problema que permanece una labor continua. Y mientras el tema es complejo y multifacético, investigaciones de las actitudes de estudiantes hacia la trampa ofrece algunas visiones en cómo el hacer énfasis en la integridad pudiera revertir el problema, el cual ha sido por mucho tiempo el flagelo de la profesión de acreditación de la educación superior.

Existe un amplio consenso entre creadores de políticas y los practicantes, que mientras el acceso a la educación ha mejorado significativamente para muchos niños en países de niveles socio-económicos de media y clase baja; el aprendizaje no ha mantenido su paso. La información es una pieza clave en un amplio rango de estrategias que intentan combatir con las debilidades de la prestación del servicio y la rendición de cuentas en un nivel escolar, aún donde los sistemas políticos desilusionan a nivel nacional.

Universidades públicas de EU, registraron aproximadamente cinco casos de presunta trampa por cada 100 estudiantes extranjeros, y solo uno de 100 estudiantes domésticos, en el año académico 2014-15. En el Reino Unido, estudiantes extranjeros – fuera de la Unión Europea – son cuatro veces más propensos a copiar. Muchos de estos estudiantes tramposos vienen de países con corrupción endémica o con culturas académicas y estándares significativamente diferentes. Universidades deberían reconocer este problema y asignar todos los recursos necesarios para mitigar el problema académico de mal comportamiento involucrando estudiantes.

Instituciones de Educación Superior juegan un factor decisivo en el desarrollo de futuros líderes y cohesión social nacional. Y es aquí que la educación superior juega un rol crítico. Hablan públicamente acerca de la ética de su institución; explican los detalles de cómo manejan faltas éticas de parte de los administradores, maestros y estudiantes; y son los primeros en admitir cuando ha habido una infracción. Actualmente, los líderes de instituciones éticas se responsabilizan en una forma sin precedentes.

El pasado septiembre, 68 universidades miembros del Grupo Compostela de Universidades aprobaron una declaración destinada a integrar la ética y medidas anticorrupción en la educación superior. Seguidamente dicha decisión se vio apoyada además por el World University Consortium y la World Academy of Art and Science, una red global compuesta por más de 700 universidades.

Una revista científica acreditada por el Departamento de Educación y Formación Superior está siendo investigada después de no haber superado una prueba de revisión realizada por sus homólogos.