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Un sistema chino que admite sin más a atletas prometedores en universidades de prestigio, mientras que los menos atléticos tienen que competir por una plaza en los exámenes de ingreso anual, está generando gran controversia y debate, una situación que puede finalmente desencadenar la introducción de posibles reformas.

El Ministerio de Educación ha aprobado una nueva norma de castigo al fraude académico cuyo fin es aplicar medidas drásticas contra el plagio y la fabricación de datos de investigación, así como a la compra, venta e intercambio comercial de tesis de grado académico. Aquí seincluyen todas las formas de "escrito bajo la firma de" y compras de materiales producidos por las fábricas de ensayos.

Una amplia demanda de trabajos académicos escritos en nombre de otra persona en período previo a la graduación y declaraciones de que hay gente que paga por tener artículos escolares publicados están preocupando a los detractores, que temen que la multillonaria industria del yen esté poniendo más difícil que nunca el evaluar las capacidades de los licenciados.

Padres descontendos en Zhejian se quejaron ante las autoridades provinciales de educación por política que otorgó a 19 hijos de funcionarios y profesores un tratamiento especial en los exámenes de ingreso a la universidad. Estas prácticas están vinculadas a menudo al abuso de poder y la corrupción, mostrando así la vulnerabilidad del sistema educativo.

En una hora, y por unos 38 dólares, se puede conseguir un título universitario falso en China, pero el castigo que se está aplicando dificulta cada vez más que se use este tipo de fraude para encontrar un trabajo o acceder a una universidad extranjera. Las medidas introducidas por China han puesto freno al fraude y numerosos títulos falsos se detectan ahora a través de procedimientos de autentificación, aún así, algunos títulos reales les han sido otorgados a estudiantes falsos.

La corrupción es un problema generalizado; la copia en los exámenes aumenta con tecnologías como las del teléfono móvil.

La corrupción campa a sus anchas en los procesos de admisión, en exámenes y la asignación de becas en las universidades chinas. Un resultado positivo del reciente escándalo por plagio es el diseño de un código de conducta para alumnos y profesores elaborado por la Universidad de Beijing.

Una lista confidencial de estudiantes admitidos en la prestigiosa Universidad de Ciencias de la Comunicación de Shanghai, junto con datos acerca de sus calificaciones y las personas influyentes que ayudaron a su admisión, ha estado circulando por Internet en China. La lista que se filtró ha vuelto a poner sobre la mesa el debate público sobre las alegaciones de corrupción en los procesos de admisión en las universidades.