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Las autoridades de educación superior de Gran Bretaña, China, los Países Bajos, Suecia y Estados Unidos han dado la voz de alarma en torno al aumento en las tentativas de fraude en los procesos de admisiones. Las autoridades dicen que los casos de fraude por lo general involucran a los estudiantes de países en desarrollo que están desesperados por obtener grados de las universidades de los países desarrollados, entre ellos los de Europa occidental y Estados Unidos. Hay un puñado de países que parecen tener el mayor número de sujetos sospechosos, entre ellos China, Colombia, Irak, Nigeria y varias ex repúblicas soviéticas, en particular Armenia.

El Departamento de Educación de Estados Unidos propuso la semana pasada nuevas reglas para flexibilizar una prohibición impuesta a la compensación de incentivos para reclutadores universitarios y eliminar así una norma de ayudas financieras. La propuesta para anular la regla de 12 horas lleva muchos años siendo centro de debate. Los proveedores de educación a distancia han instado al departamento y al Congreso a invalidar esta norma, pero hay quienes apelan a los temores de que relajar la normativa conduciría al fraude.

Las tarifas por manipular los resultados de las pruebas de acceso a la universidad están entre los 80 y 20.000 dólares para los programas de estudio más demandados, como por ejemplo ciencias, medicina o ingeniería. Es una opinión generalizada que la única manera de limpiar el sistema es mediante la ampliación de las oportunidades educativas.

Japón. Kenia. México. Reino Unido. EE.UU.: Varios miembros del Ministerio de Educación de Kenia participaron en la venta de diplomas falsos. En los Estados Unidos de América y México, estudiantes compran trabajos ya hechos y ensayos de fin de curso online. En China hay personas que se ofrecen a suplantar a otros para hacer exámenes.

La corrupción campa a sus anchas en los procesos de admisión, en exámenes y la asignación de becas en las universidades chinas. Un resultado positivo del reciente escándalo por plagio es el diseño de un código de conducta para alumnos y profesores elaborado por la Universidad de Beijing.

Algunos políticos obligaban a las universidades a contratar a amigos suyos a cambio de la garantía de un flujo constante de fondos. A través de la falsificación de documentos y del soborno a los funcionarios adecuados, el personal de la universidad se aseguraba unas pensiones de jubilación mayores y así se podrían retirar antes de la edad habitual.

Admisiones, cursos, grados y diplomas están a la venta en destacados centros educativo. Empleados de la oficina de admisión ofrecen clases particulares a muy alto precio. Las reformas deberían incluir un sistema de acreditación, un examen de acceso y un aumento en la financiación.

En 1998, el grupo de control para la educación de Bombay, el Foro para la Justicia en la Educación, ganó un caso histórico que tomaba medidas drásticas contra el secretismo en los procesos de admisión. Los tribunales dictaminaron que todos los colegios universitarios y universidades deben hacer públicos los resultados de los exámenes de acceso, para asegurar así que dichas admisiones se hacen en base a méritos académicos, y no por dinero pasado por debajo de la mesa.

Diez semanas al frente del instituto de secundaria más rebelde de Belgrado terminó con la pasión de su directora por la educación. Solo unos pocos miembros del personal del centro estaban dispuestos a cooperar con ella para desarticular un sistema de sobornos a cambio de buenas notas. Cuando la policía sorprendió a un profesor de matemáticas aceptando un billete marcado de 50 euros de uno de los estudiantes y el problema salió a la luz pública, los profesores se rebelaron contra ella con un voto de censura a su autoridad.