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Singapur se encuentra en un mayor riesgo de fraude académico ahora, debido a la creciente competitividad en el ambiente académico. El peligro siempre ha estado cerca, pero la presión de “publicar o morir” ha estado en constante aumento en años recientes; ante el ascenso de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) y la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU) en las clasificaciones internacionales, tal como la Clasificación de Universidades Mundiales Times Higher Education (THE) la cual se monitorea cuidadosamente en los últimos años. La calidad de una investigación universitaria y su rendimiento juegan un papel clave en la evaluación, de modo que académicos tienen un incentivo atractivo para calificar.

En septiembre 24 del 2017, el periódico holandés de Volkskrant, publicó un reportaje de una investigación sobre auto-plagio (zelfplagiaat), realizado por un grupo de investigación de Nijmengen. El sociólogo de ciencias y su estudiante de doctorado analizaron 922 publicaciones de científicos de años recientes. En economía, el 14% de los trabajos contenían texto de propias publicaciones pasadas, en psicología el número fue de 5%. Incluso encontraron un artículo duplicado; publicado nuevamente con un pequeño cambio, y dos artículos sumamente parecidos por el mismo autor en la misma edición de una revista. También detectaron que los autores que publican más artículos son más propensos a reutilizar sus textos.

La organización sueca a cargo de revisar investigaciones, ha concluido que el cirujano golpeado por escándalos, era culpable de mala conducta científica; por describir de manera engañosa las operaciones de tráquea sintética como exitosas en una serie de artículos científicos. En el 2014, cuatro doctores del Hospital Universitario de Karolinska en Estocolmo, lo reportaron al presidente del Instituto de Karolinska (KI) por presuntamente distorsionar los hechos de sus operaciones con tráqueas artificiales cuando los presentó a revistas científicas. Los artículos luego fueron revisados en el 2015, por el profesor de ciencias quirúrgicas de la Universidad de Uppsala, quien concluyó que el cirujano era culpable de mala conducta científica, pero la evaluación general de KI era para limpiar su nombre y el de los coautores.

El Departamento de Educación Superior y Entrenamiento investigará acusaciones sobre la publicación predatoria, y pudiera retirar el subsidio pagado para los artículos académicos que se cuestionan. Un análisis realizado por científicos de la Universidad de Stellenbosch, encontró que del 2005 al 2014, académicos de Sur Africa publicaron más de 4,200 documentos en 47 revistas que fueron probable o posiblemente predatorias”. Estas involucran editoriales inescrupulosas de acceso libre, las cuales publican artículos con pocas o casi nada de revisiones por sus colegas. El gobierno paga a una universidad como R100,00 por un articulo académico, el cual debe ser publicado en una revista acreditada por el Departamento de Educación Superior y Entrenamiento.

La Comisión de Kenia para la Educación Universitaria ha emitido nuevos y más exigentes lineamientos, para el nombramiento y ascenso de docentes; en un sistema que le da mucha importancia a la publicación en revistas de reputación y las revisadas por colegas, desalentando la publicación en las conocidas revistas predatorias. Mientras la medida es para incrementar los estándares académicos, también han aumentado las preocupaciones acerca de los obstáculos de muchos académicos kenianos enfrentan para poder publicar.

Meses después que un bibliotecario académico borrara listas de revistas “predatorias” y editoriales de su blog; un sitio web con comentarios despectivos sobre sus calificaciones académicas y salud mental continúa en internet. Un bibliotecario de comunicación en la Universidad de Colorado, en Denver, mantuvo por años, listas de revistas académicas y editoriales que consideraba “predatorias”. A pesar que las listas eran controversiales, eran un recurso para muchos académicos que tenían dudas si las invitaciones que recibían para publicar un artículo o presentarse a una conferencia eran legítimas o no.

Con el fin de mejorar la calidad de investigaciones publicadas y combatir contra editoriales académicas predatorias – que cobran cuotas a los autores, pero fracasan en proveer un control de calidad adecuado, o hacen argumentos engañosos sobre su calidad – la Comisión de Becas Universitarias de la India (UCG), ha publicado listas de revistas aprobadas para publicar documentos investigativos. La UCG, una entidad reguladora que supervisa la educación universitaria en la India, ahora, ha vinculado los ascensos académicos y reclutamiento a su sistema de Indicadores de Desempeño Académico, el cual solo reconocerá documentos publicados en revistas que están en las listas aprobadas.

La revisión de colegas es el estándar de oro para publicaciones académicas y éstas son con frecuencia indicadores de los desempeños de trabajos científicos. El indicador pone presión en los científicos y ha llevado a una situación donde cualquier trabajo puede ser publicado en un diario que afirma que es revisado por colegas. Esto ha llevado a un incremento de editoriales o diarios predadores, quienes le cobran a los autores para publicar reportajes sin ser revisados por sus colegas. Un listado de potenciales, posibles o probables editoriales y diarios predadores académicos de acceso abierto pueden encontrarse en Scholarly Open Access (Académicos de Acceso Abierto).

Ha escuchado sobre editores o revistas depredadoras? Tales editores o revistas cobran a autores para publicar artículos sin haber sido revisados por pares. Su número está creciendo. Una lista de potenciales, posibles o probables editores y revistas depredadoras académicas de acceso abierto pueden ser encontradas en Académicos de Acceso Abierto.

El movimiento de libre acceso nace de la idea que investigaciones financiadas por fondos públicos deberían de estar disponibles al público. Existen miles de revistas de libre acceso, pero muchas de ellas son percibidas como carentes del prestigio que las universidades demandan para sus investigadores. Académicos no leen su propio trabajo, pero no pueden permitirse el lujo de no publicar en éstas prestigiosas revistas si quieren avanzar en sus carreras. Muchos académicos tienen que buscar otros medios para encontrar reportajes, y no pagar el mínimo de $ 30, que es lo que muchas de las editoriales cobran por acceder a un artículo.