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Las autoridades de educación superior de Gran Bretaña, China, los Países Bajos, Suecia y Estados Unidos han dado la voz de alarma en torno al aumento en las tentativas de fraude en los procesos de admisiones. Las autoridades dicen que los casos de fraude por lo general involucran a los estudiantes de países en desarrollo que están desesperados por obtener grados de las universidades de los países desarrollados, entre ellos los de Europa occidental y Estados Unidos. Hay un puñado de países que parecen tener el mayor número de sujetos sospechosos, entre ellos China, Colombia, Irak, Nigeria y varias ex repúblicas soviéticas, en particular Armenia.

El Departamento de Educación de Estados Unidos propuso la semana pasada nuevas reglas para flexibilizar una prohibición impuesta a la compensación de incentivos para reclutadores universitarios y eliminar así una norma de ayudas financieras. La propuesta para anular la regla de 12 horas lleva muchos años siendo centro de debate. Los proveedores de educación a distancia han instado al departamento y al Congreso a invalidar esta norma, pero hay quienes apelan a los temores de que relajar la normativa conduciría al fraude.

Israel concede a trabajadores del gobierno de un 10 a un 20% de aumento en sus pagas por cada grado de nivel avanzado que consiguen; como consecuencia, docenas de funcionarios, entre los que se incluyen altos funcionarios, están siendo investigados por obtener títulos falsos.

En una audiencia del Congreso del pasado mes de abril, el inspector general del departamento reveló que la agencia ha perdido la pista de al menos 450 millones de dólares estadounidenses en los últimos tres años. Gran parte del dinero ha desaparecido en pagos duplicados a beneficiarios de subvenciones, estados y contratistas. Pero otra parte, dijo, fue robada o gastada indebidamente por empleados del departamento y contratistas.

Dieciocho padres y siete asesores de ayuda financiera del área de Chicago han sido acusados ??de fraude federal por supuesta apropiación de más de 2,6 millones de dólares estadounidense de los fondos mediante la falsificación consciente sus ingresos en las aplicaciones de ayuda financiera. Dos de los asesores trabajaban en universidades.