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Ha sido descubierto otro caso de “diplomas falsos” en la Universidad de Lyon. Se está produciendo una explosión de diplomas falsos, ya sea en universidades chinas o anglo-sajonas, o en la Web, donde se puede comprar cualquier cosa. Después del caso de Toulon en 2009, en el que estudiantes universitarios chinos del Instituto de Administración de Empresas compraron sus diplomas, este año en Lyon la universidad ha concedido un grado en Comunicación a docenas de estudiantes de las Indias Occidentales que en realidad nunca habían puesto un pie en la ciudad.

Según el Presidente de la Universidad de Perpiñán, en el departamento de los Pirineos Orientales, el departamento con la tercera tasa más alta de desempleo en Francia: "Estos estudiantes fraudulentos han existido siempre, pero en los últimos tres años, cada vez son más, y esto se debe en parte al desempleo juvenil y a la falta de apoyo financiero para el periodo de transición entre la escuela y el trabajo ... "

Hace algunos años, no muchas empresas reconocían el problema de los diplomas falsos. Según un estudio publicado en febrero de 2013, el 75 % de los CV son falsos y el 90 % de los candidatos se justifica diciendo que manipulan los CV porque "la competencia es más dura" y "uno tiene que venderse bien". El estudio también ha puesto de manifiesto que el 33 % de los candidatos a menudo o siempre tiene diplomas falsos.

Un informe oficial ha criticado duramente la gestión financiera del elitista Instituto de Estudios Políticos de París tras encontrar evidencia de bonificaciones exorbitantes, ausencia de control y despilfarro de fondos públicos. El informe pone de manifiesto una gestión caótica consistente en "pequeños tratos entre amigos y una administración poco seria de los fondos públicos".

Una tercera parte de las universidades francesas está cobrando "ilegalmente" a los estudiantes servicios que deberían estás cubiertos por las matrículas reglamentarias, reivindica UNEF, el mayor sindicato de estudiantes de Francia.

El 20 % de los trabajos universitarios se limitan a "copiar y pegar" según las evaluaciones de los profesores. Los estatutos contra el plagio firmados por la universidad y los estudiantes deberían ser sistemáticos, pero nada puede sustituir la atenta mirada del profesor.