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Los estudiantes pueden utilizar chatbots como ChatGPT para generar texto, y casi el 90 % admitió en una encuesta que lo había hecho alguna vez. Sin embargo, esta forma de plagio, conocida como escritura fantasma, se puede detectar cada vez más a medida que las herramientas impulsadas por Inteligencia Artificial como Turnitin o iThenticate mejoran su capacidad para identificar contenidos copiados. Algunos estudiantes intentan eludir la detección utilizando programas de reescritura de texto para parafrasear el material plagiado, pero esto ha dado lugar a una "carrera armamentista" entre los tramposos y los métodos de detección.

En el libro Corruption in Higher Education: Global Challenges and Responses, treinta y cuatro expertos arrojan luz sobre diversos problemas de corrupción en la enseñanza superior: trampas en los contratos y subcontratación de tareas; procesos de contratación ambivalentes; universidades falsas que adoptan diversas formas, desde planes con ánimo de lucro hasta estudiantes que compran títulos sin cumplir sus obligaciones; la investigación de la corrupción implica a académicos, administradores y organismos, unidos contra la corrupción académica. Algunos de los próximos pasos son: desarrollar una teoría de la integridad, analizar el impacto de la educación secundaria, impulsar la tecnología, evitar la estigmatización de los grupos sociales y fomentar la cooperación mundial.

Según la Cancillería del Estado, el 20 % de las solicitudes de ingreso a los institutos de enseñanza superior de California son fraudulentas. Un oncólogo radioterapeuta de la UC Davis es uno de los miles de personas que fueron víctimas de robo de identidad para crear solicitudes fraudulentas de postulantes con la intención de robar ayuda federal, una práctica que ha provocado una afluencia sin precedentes de estudiantes fantasma. El City College de San Francisco denunció unos59 estudiantes fraudulentos y ha identificado 29 estudiantes fantasma que han recibido 22 418 dólares hasta la fecha.

Veinte estudiantes de la Universidad de Massey, supuestamente sorprendidos utilizando ChatGPT para hacer trampas, han solicitado una amnistía a cambio de sus confesiones. El equipo docente ofreció un plazo de amnistía y los que volvieran a presentar su trabajo recibirían una nota máxima del 50 %. Para quienes no lo hicieran, y en caso de confirmarse una infracción, obtendrán un cero en la evaluación o un aplazo para todo el curso.

El Centro de Normas Comunitarias y Rendición de Cuentas de la Universidad de Pennsylvania publicó su informe disciplinario anual, que indica que los casos de integridad académica y violaciones de conducta estudiantil se han acercado a los niveles anteriores a la pandemia. Si bien hubo una disminución en el total de violaciones de conducta y académicas, desde el año académico 2020-2021, los datos se mantuvieron relativamente constantes en relación con los años anteriores a la pandemia de COVID-19.

Treinta estudiantes de Química de Primera Categoría fueron sancionados por hacer trampa cuando miembros de la clase filtraron fotos de las respuestas de un examen de la unidad, a través de un mensaje de texto grupal. Mientras el profesor estaba supervisando este examen anticipado, un estudiante de otro salón tomó una foto de un examen terminado que estaba en el escritorio del profesor. Luego comenzó a vender el examen a otros estudiantes por 5 dólares. Según el Manual del Estudiante de Paly, la alteración de las pruebas devueltas o el robo de exámenes incluye la suspensión y la posible expulsión.

Un estudio del Centro de Integridad Académica revela que el 80% de los estudiantes universitarios de hoy en día, admiten haber hecho trampas de alguna manera al menos una vez. Para detectar el plagio en los trabajos de los estudiantes, los profesores utilizan herramientas de escaneo de plagio en línea, como Turnitin. En la Universidad de Huntington, el castigo para los estudiantes que cometen plagio varía según el profesor, y va desde la suspensión de la tarea plagiada, hasta el curso completo. Sin embargo, 7 de cada 10 estudiantes cuestionaron la exactitud de herramientas como Turnitin; afirmando que los profesores deberían hacer comprobaciones de seguridad antes de calificar.

Un profesor de antropología del Yale College, denunció ante el Comité Ejecutivo de la Universidad a 81 de un total de 136 estudiantes, por el uso inadecuado de materiales en línea y del curso durante los exámenes de cuaderno abierto. En 2020, el Comité Ejecutivo amonestó a 49 de los 78 estudiantes, 10 fueron puestos en libertad condicional, cinco fueron suspendidos y 14 fueron declarados no responsables o se les retiraron los cargos.

Un profesor de la Universidad de Chapman ha demandado a un grupo de estudiantes que publicaron dos de sus exámenes en un sitio web de intercambio de documentos, para solicitar por adelantado respuestas a varias preguntas de redacción. Según la demanda civil presentada en el Tribunal de Distrito de EE.UU., el profesor solicita una indemnización por daños y perjuicios por infracción de los derechos de autor y por violación ética del código de honor de Chapman. Los ensayos contenían una advertencia que estaban protegidos por derechos de autor.