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Hacer trampa en la escuela no es algo nuevo, pero las nuevas tecnologías lo han hecho más fácil. Los teléfonos móviles permiten a los estudiantes ver sus apuntes, enviar mensajes para pedir respuestas, e incluso utilizar aplicaciones de IA para resolver problemas. Educadores e instituciones desarrollan diversas medidas para combatir las trampas. Pero  ¿son suficientes para salvaguardar la integridad de los exámenes?  

Un estudiante de último curso de Derecho de la Universidad Bilgi de Estambul se enfrentó a medidas disciplinarias por utilizar presuntamente la IA ChatGPT para hacer trampas en un examen. La batalla legal del estudiante acabó en suspensión, lo que le causó angustia económica y emocional. El caso pone de relieve los problemas que plantea la IA para mantener la integridad académica y la necesidad de políticas más claras.

La Universidad de Regina (U de R) ha observado un aumento de los casos de trampas, sobre todo en su Programa de Enfermería, durante los exámenes finales. Alrededor de 50 de los 1 200 estudiantes de enfermería están siendo investigados por problemas de integridad académica. Entre los factores que contribuyen a este aumento figuran el desconocimiento por parte de los estudiantes de la normativa sobre exámenes debido a las interrupciones relacionadas con la pandemia y el uso inadecuado de herramientas de Inteligencia Artificial. Las sanciones por conducta académica indebida van desde advertencias hasta la expulsión