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Universidades australianas han estado hiperactivos cerrando acuerdos de cooperación investigativa y colaboraciones con universidades y otras organizaciones en China, incluyendo compañías financiadas por el estado. Pero en el despertar de un escándalo político importante en Australia, involucrando a donantes chinos que han financiado instituciones locales, las universidades han sido advertidas de estar alertas ante influencias indebidas de organizaciones donantes para investigaciones, incluyendo presión por producir investigación para efectos de propaganda china.

Según una nueva investigación, los estudiantes no comprenden qué es el plagio y por qué deben evitarlo. Un investigador de la Universidad de Otago, cree que las universidades podrían tener que reconsiderar sus políticas de plagio y cómo pueden “influenciar o confundir a los estudiantes de manera contraproducente”. El estudio cualitativo, publicado en el Diario de Educación Superior encontró que, aunque “conscientes del plagio como un concepto” y creyendo que aquellos que “intencionalmente copian están engañando a todos”, los estudiantes ignoran el potencial de las implicaciones del plagio involuntario.

La mayoría de científicos e investigadores médicos se comportan éticamente. Sin embargo, en años recientes, el gran número de escándalos de alto perfil, en donde los investigadores han sido descubiertos falsificando sus datos, plantea la cuestión de cómo podemos tratar el fraude investigativo. Hay poca educación sobre este tema donde se traspasan disciplinas y se involucran con el más amplio fenómeno de comportamiento poco ético dentro del campo de la investigación. Esto en parte porque las disciplinas tienden a operar en silos y porque las universidades, en donde los investigadores con frecuencia son empleados, tienden a minimizar la publicidad adversa.

Según un reporte realizado por el Centro de Aplicación e Investigación de Política Educativa (BEPAM) de la Universidad Bogazici de Estambul, 34 % de las tesis académicas en Turquía tienen altos índices de plagio. En su estudio de “calidad en la escritura académica”, BEPAM analizó 600 tesis en total, incluyendo 470 tesis de maestrías y 130 de doctorados, escritas entre el 2007 y el 2016. El estudio reveló un “alto plagio” en 34% de dichas tesis. El índice era 46% en universidades privadas y 31% en públicas.

Como parte de un gran esfuerzo nacional por reforzar los estándares, cada investigador de Holanda será cuestionado, si ha cometido faltas profesionales en sus investigaciones o si han participado en “descuidos científicos”. En respuesta a crecientes preocupaciones sobre la “crisis de la reproducibilidad” en ciencias y una serie de casos de fraude de alto perfil en Holanda. Dicho país invertirá 8 millones de euros ($9 millones) para comprender el problema, encontrar soluciones y tratar de reproducir estudios importantes.

El Ministerio de Educación Superior y la Universidad de Malaya (UM) investigarán denuncias de investigaciones fraudulentas involucrando a la facultad de medicina de la UM. Las denuncias de fraude se dieron a conocer en redes sociales en la pasada semana, y subsecuentemente fueron retomadas por la prensa de ciencias. El Ministro de Educación Superior dijo que personalmente estudiaría la situación. La universidad ha formado un comité ad-hoc que investigará dichas denuncias.

Copiar es robar. Este dicho de anti-plagio está en el corazón de un caso, que ha sacudido el pequeño mundo de medievalistas franceses por dos años. Ahora, el caso ha regresado con una nueva demostración de conductas plagiarias, y está forzando a universidades y comunidades científicas a hacerle frente a sus responsabilidades. Y de forma más general, plantea la pregunta si el sistema universitario como un todo tiene la habilidad de enfrentar este asunto, más allá del presente caso.

El tema de educación continúa siendo el centro de discursos públicos en Liberia, con protestas frecuentes sobre el sistema. Mientras docenas de papeles escolares han sido publicados por veteranos académicos acerca de cómo reformar la educación en el país; continúa la ambigüedad de quién es el causante del pobre nivel de calidad dentro de un sector plagado con problemas tales como sexo por calificaciones, soborno, engaños, planes de estudios desfasados y la falta de instructores competentes.