Catorce funcionarios universitarios han sido investigados por corrupción en la provincia de Jiangxi en los últimos cinco años, incluidos tres presidentes de universidad. Ante la enorme afluencia de solicitudes de admisión, las universidades de todo el país están llevando a cabo grandes ampliaciones, un terreno fértil que se está demostrando muy fértil para la oferta y demanda de sobornos.

Un sistema chino que admite sin más a atletas prometedores en universidades de prestigio, mientras que los menos atléticos tienen que competir por una plaza en los exámenes de ingreso anual, está generando gran controversia y debate, una situación que puede finalmente desencadenar la introducción de posibles reformas.

El Ministerio de Educación de China ha dado orden a las universidades del país para que trabajen para evitar la corrupción en sus procedimientos de admisión de estudiantes. El Ministerio ha señalado además la necesidad de aunar esfuerzos para fortalecer la supervisión y restringir el abuso de poder en el ámbito académico con el fin de prevenir la aparición de nuevos casos de corrupción.

Los estudiantes chinos llevan décadas viajando a Estados Unidos para estudiar, pero en los últimos años su número ha aumentado de forma muy notable. Muchos de ellos solo tienen un conocimiento básico de las universidades extranjeras y afrontan grandes dificultades para encontrar sentido a aplicaciones de gran complejidad. Como resultado, en el país ha comenzado a proliferar una industria de agentes educativos dedicados a orientarles y, en algunos casos, a hacer lo que sea absolutamente necesario para asegurarse de que sean aceptados.

Estudiantes nacidos, criados y educados en China están haciendo uso de pasaportes extranjeros para acceder a universidades importantes, las cuales tienen estándares de ingreso más altos para candidatos nacionales, según medios oficiales

Padres descontendos en Zhejian se quejaron ante las autoridades provinciales de educación por política que otorgó a 19 hijos de funcionarios y profesores un tratamiento especial en los exámenes de ingreso a la universidad. Estas prácticas están vinculadas a menudo al abuso de poder y la corrupción, mostrando así la vulnerabilidad del sistema educativo.

En una hora, y por unos 38 dólares, se puede conseguir un título universitario falso en China, pero el castigo que se está aplicando dificulta cada vez más que se use este tipo de fraude para encontrar un trabajo o acceder a una universidad extranjera. Las medidas introducidas por China han puesto freno al fraude y numerosos títulos falsos se detectan ahora a través de procedimientos de autentificación, aún así, algunos títulos reales les han sido otorgados a estudiantes falsos.

Ocho padres de familia y profesores que utilizaron alta tecnología para copiar en los exámenes de ingreso de una facultad fueron encarcelados. Fueron sentenciados a penas de reclusión de seis meses a tres años tras haber sido encontrados culpables de utilizar celulares,  auriculares diminutos o miniescáneres a fin de obtenter secretos de Estado.