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Si la profesión académica no mantiene unos niveles de ingresos adecuados, el rendimiento académico inevitablemente sufre en todo el sistema. Los académicos deben percibir una remuneración suficiente que les permita vivir un estilo de vida como corresponde a la clase media. Tomando como ejemplo el caso de profesores universitarios egipcios que les demandan sumas de dinero a sus estudiantes, este artículo trata las inevitables consecuencias de unos salarios académicos inadecuados.

En Egipto se están poniendo a prueba unos fondos de dotaciones comunitarios. Se gestionan a través de una serie de comités creados en cada pueblo con la activa participación por parte de los padres y con apoyo del sector privado. Están presionando al gobierno para que haya una mejora en la asignación de los recursos.