Página de búsqueda

Según el Centro Internacional para la Integridad Académica, cerca del 68% de universitarios y alrededor del 43% de estudiantes de postgrados admiten haber copiado en exámenes o en tareas escritas. Varios estudios apuntan a que la secundaria tiene un problema similar. La tecnología ha facilitado la trampa, pero también está siendo más fácil atraparlos.

Piratas Informáticos trataron de cambiar las calificaciones en una secundaria del Condado de Fairfax, usando un astuto ataque que comenzó con un correo electrónico del panel de una escuela encargada de hacer cumplir el honor y la integridad, de acuerdo a una orden de cateo. La escuela de secundaria Oakton, en Vienna, Virginia, es solo la última en una serie de escuelas y universidades a nivel nacional que han sido atacadas – con frecuencia por intromisiones estudiantiles, en intentos de cambiar F’s por A’s en libros de calificaciones virtuales.

Tres hombres, incluyendo un graduado de la Universidad de Delhi, fueron arrestados por presuntamente dirigir en la India un negocio de diplomas falsos, donde vendieron alrededor de 50,000 certificados de universidades y juntas escolares, dijo la policía hoy. Durante la interrogación, el acusado reveló que no sólo vendieron los certificados falsos sino también libretas de calificaciones de varias universidades y juntas escolares. Para poder convencer a sus clientes, también tuvieron que configurar sitios web falsos de las universidades y juntas escolares donde las víctimas pudieran corroborar la autenticidad de dichos documentos. Los sitios web eran tan convincentes que las víctimas no pudieron diferenciar cual era el falso o el verdadero, dijo el jefe de la policía.

Siguiendo una directriz del Presidente de la 5ta fase del Gobierno de Tanzania, a finales del 2016, (realizados por un grupo especial presidencial) para verificar las credenciales académicas de 400,035 servidores públicos, quienes retiran salarios de las arcas del gobierno, se descubrió corrupción. La investigación reveló que 9,932 empleados públicos llegaron a sus puestos con ayuda de certificados educativos que habían sido falsificados, prestados, comprados o robados.