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Para evitar la falsificación de información, una nueva plataforma digital permitirá que los alumnos, desde la primaria hasta la universidad, tengan un número de identificación. Las escuelas actualizarán los datos de sus alumnos, del personal docente y no docente, de las infraestructuras y de las instalaciones, incluidas las de educación física y deportes, a través de sus cuentas de usuario en línea del EMIS. El nuevo sistema pretende eliminar a los trabajadores fantasmas y mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en todo el país.

Según un informe llevado a cabo por universidades del Reino Unido, las instituciones de educación superior deben dejar de redondear las notas límites y evitar descartar módulos básicos o finales. Esto responde a una advertencia del Ministro de Universidades, en las que demasiadas instituciones se sentían presionadas a bajar sus estándares de admisión. El informe establece seis medidas para garantizar la transparencia en el cálculo de las notas finales y el uso de un solo algoritmo para calcular la nota final que reciben los estudiantes.

Un estudio reciente demuestra que nepotismo, empleados materialistas, y una falta de recursos, son algunos de los retos que obstaculizan el fomento de una cultura de integridad en las universidades jordanas. Los profesores pudieran jugar un papel importante abordando estos problemas, impartiendo cursos para promover la transparencia, la justicia, la rendición de cuentas y la igualdad entre los individuos de la sociedad. La Comisión de Anticorrupción lanzó iniciativas en 2019 para alentar a las alianzas entre la familia y la comunidad para mejorar el proceso educativo.

Las universidades australianas planean monitorear a los estudiantes a través de un software como Proctorio o ProctorU, mientras realizan los exámenes desde sus casas debido a la pandemia del coronavirus. Ambas plataformas requieren que los estudiantes concedan el acceso a la cámara web, micrófono y a las teclas, para evitar la trampa. Los estudiantes y académicos están preocupados por la falta de transparencia total donde se almacenarán los datos, quien los podrá acceder, y si cumplirán con las normas australianas vigentes.