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Un escándalo reciente de sexo por calificaciones, implicando a un académico de alto nivel y a una estudiante de postgrado, ha subrayado no solo la prevalencia del problema, pero la dificultad en abordar el tema en universidades nigerianas. En una respuesta oficial al problema, el Presidente Nacional del Sindicato de Personal Académico de Universidades (ASUU) dijo que cualquier empleado académico que después de someterse a un proceso legal sea declarado culpable de acoso sexual, debe acatarse a la ley. También manifestó que aquellos encontrados culpables serían ingresados en el Libro de Deshonra del sindicato.

Más de 2,000 maestros de escuelas primarias de alrededor de 27 áreas de gobiernos locales del estado de Oyo, protestaron contra lo que describieron como fraudes monumentales que se están llevando a cabo por parte de algunos funcionarios del estado, en complicidad con algunos funcionarios de la Junta Estatal de Educación Básica Universal (SUBEB). Solo en el gobierno local de Ibadan del Norte, cerca de 109 maestros declararon que los funcionarios fraudulentos les robaron cerca de N54m en deducciones salariales ilegales

La Junta de Matrículas y Admisiones Conjuntas (JAMB) arrestó a un estudiante de medicina de tercer año, y a otro estudiante por intentar tomar los Exámenes de Matriculación Terciaria Unificada (UTME) en curso para algunos candidatos. Según el Jefe de Medios e Informática de la Junta, el estudiante de medicina fue sorprendido en el Centro de Tecnología Digital Rainbow, uno de los centros para exámenes en Kano, personificando a otro estudiante y tomando el examen por él.

Para lograr reforzar la integridad de los resultados de los exámenes, la Junta de Matriculación de Admisiones Conjunta, arrestó a no menos de 100 candidatos a nivel nacional por diferentes tipos de mala conducta. Entre las personas arrestadas, había un candidato quien se registró 64 veces para hacer exámenes para 64 candidatos, ya que dichos exámenes se llevan a cabo durante siete días con un promedio de tres turnos diarios por centro.

La calidad de la educación universitaria en Nigeria está decayendo porque los políticos se niegan a prestarle una atención adecuada a la educación. Según el presidente del Sindicato de Personal Académico, casi todas las universidades son “caricaturas”, cualquier persona puede enseñar y para ser académico solo se necesita tener el temperamento. No se puede hacer trabajo académico serio y las universidades “producen graduados que no están capacitados, solo se presentan ante un político de peso, quien les da una carta y los contratan como maestros en las universidades”.

Según un profesor de la Comisión de Universidades Nacionales, 60% de los trabajos de los estudiantes de último año, contienen plagio, en el nivel de maestrías entre el 15%-20% y de doctorados alrededor del 8%. El vice canciller de la Universidad Estatal de Delta, anunció que, en un intento de inspirar disciplina académica y honestidad, la institución ha sancionado a más de 15 profesores por varias formas de plagio relacionadas con publicaciones. De acuerdo con una fuente de la universidad, las sanciones incluían descensos de categoría y no recibir ascensos en un período de tres a cinco años.

Los estándares de educación en las escuelas de post-primaria en Nigeria han desmejorado considerablemente. El deterioro, insalubridad y ambientes de enseñanza pestilentes, la falta de materiales requeridas para enseñar y la baja moral del personal docente están entre los factores responsables por el estado crítico de las escuelas unificadas. También hay denuncias de mal manejo de fondos por los administradores y otros funcionarios de las escuelas unificadas.

Son muchas las historias de corrupción en Nigeria. Un ejemplo es el caso del empleado de la junta de exámenes del estado quien fue llamado a declarar por la desaparición de $100,000 en cuotas de exámenes. Un analista del país dice: “Hay una percepción entre funcionarios en Nigeria que el gobierno nacional existe para repartirse el botín de la riqueza del petróleo.” Esa cultura política se filtra hacia los niveles más bajos, a tal punto que hasta policías, maestros escolares o recepcionistas de hospitales públicos pueden llegar a considerar que están en su derecho de demandar sobornos. “Las personas le ponen precio a su posición en la sociedad, que incluso aquellas con menos autoridad, lo utilizarán para extraer un poco de dinero.”