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La corrupción es un “trasfondo pernicioso” en todos los países, escribió un investigador de Educación Superior Internacional del Boston College. En Armenia, Lituania, Rusia y Ucrania, los instructores enfrentan el dilema de ignorar la trampa o correr el riesgo de expulsar a los estudiantes, cuyas cuotas mantienen las universidades. Un estudio en Rusia encontró que el 72% de los estudiantes en las universidades públicas han plagiado del internet. En India, “la sobrevivencia de varias universidades pequeñas y privadas dependen de los pagos a funcionarios del gobierno, reclutadores y comités de visita, así como de las cuotas pagadas por estudiantes.

En Bangladesh, el fraude académico se desarrolla en proporciones épicas, desde copiar música hasta copiar tareas y comprar tesis. La contratación de copia y plagio no solo se ha generalizado entre los estudiantes, sino que también es practicada por los miembros de la facultad de la Universidad de Dhaka. También han habido incidentes, donde la rama estudiantil de un partido político obligan a los profesores a aprobarles el examen después de contestar erróneamente y a veces hasta sin llegar a tomarlo.

La mala práctica de exámenes es una “industria” altamente organizada, entre propietarios de escuelas, funcionarios del Ministerio de Educación del Estado, funcionarios de la certificación de West African School, vigilantes, mecanismos, y de los mismos estudiantes. Según un estudio, esto es resultado de una pobre implementación de reglas para los exámenes, sin miedo a castigos, preparación inadecuada, no hay lealtad hacia el personal de la entidad examinadora, y amenazas de estudiantes y padres de familia. Muchos padres prefieren sobornar al examinador, en lugar de pagar por clases extra para su hijo, porque eso no garantiza buenos resultados en los exámenes.

La Universidad de Madrid ha suspendido a un funcionario por un escándalo de diplomas falsos. La Universidad Rey Juan Carlos suspendió al director del Instituto de Derecho Público de la escuela. El departamento presuntamente otorgó maestrías a dos políticos del Partido Popular (PP) sin ellos haber completado el trabajo. Sin embargo, el primero dijo la semana pasada, que la universidad lo había presionado a mentir sobre las calificaciones. El presidente de la universidad niega haber presionado al director. También anunció el viernes sobre una investigación interna que se llevará a cabo en todos los departamentos de la universidad.

En la época de resultados de exámenes y admisiones a universidades, nos volvemos a recordar del sombrío estado del sistema educativo de la India. La Junta directiva de la Escuela de Punjab, ha actuado de una forma benevolente, otorgando 30 calificaciones de gracia a estudiantes del grado 12. Esto ayudó a subir el porcentaje promedio de pase del estado de 54% a 76%. En Gujarat, el porcentaje promedio de la Clase 10 bajó de 73% en 2014-15 a 63% este año – el Ministro de Educación lo atribuye a la instalación de cámaras de circuito cerrado en los centros de examinaciones para evitar que hicieran trampa. Muchos de los estudiantes de la Clase 10 en Gujarat, a pesar de contestar más del 80% en la sección objetiva del examen de matemáticas, no pudieron contestar preguntas elementales en la repetición de una prueba.

La interferencia política en las universidades de Africa no es nada nuevo. La gobernanza universitaria fue percibida como ‘capturada’ por intereses políticos estrechos, más que por fines académicos durante los 80’s y 90’s. Las universidades del continente comenzaron a cambiar a mediados de los 90’s. Las estructuras de la gobernanza sólida fueron priorizadas. Los gobiernos prometieron ayudar a instituciones estables, para que pudieran enfocarse en misiones académicas. Pero estudios fundados por la Corporación Carnegie de Nueva York, conducidos por CODESRIA, indican que no se dieron muchos cambios. Las mismas tensiones y crisis asociadas con el antiguo orden político – disturbios estudiantiles, acoso de personal académico y una corrupción académica generalizada todavía persisten.

Los kirguises concentran ahora su atención en una nueva prueba estandarizada que los funcionarios afirman que ayudará a erradicar el fraude en las universidades. Los bajos salarios de los profesores y la arraigada práctica de venta de notas convierten al objetivo en un desafío. Muchos estudiantes simplemente compran sus notas. A cambio, los instructores les permiten que pasen sin rendir exámenes o sin completar las tareas.