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El fin de semana pasado, en Corea del Sur, capital de Seúl, estudiantes y profesores de la universidad reunieron a miles de personas en una demostración, demandando la renuncia del Presidente del país. Se sospecha que un amigo de confianza tiene excesiva influencia sobre cómo se gobierna el país, a pesar de no tener una posición oficial. La acusación es que influenció el nombramiento de ministros. Otra de las acusaciones es que usó su poder para que su hija fuera aceptada en Ewha Womans Universidad de Seúl – una de las mejores universidades del país – lo que llevó a la renuncia del presidente de la Universidad el 19 de octubre.

Las universidades de Tanzania tienen un problema con fantasmas. El gobierno suspendió préstamos estudiantiles que suman los 3.2 billones de chelines (US$ 1.5 millones), afectando a alrededor de 2,000 estudiantes. Este fue el resultado después que un ejercicio de verificación rutinario reveló que algunos de los que habían solicitado el préstamo pueda ser que ni existan. En un país con 100,000 estudiantes registrados en educación superior, 2,000 “fantasmas’ talvez no se perciba como un gran problema. Pero cuando el dinero prestado está siendo malgastado deliberadamente o mal administrado, sí afecta al sistema de la educación superior total, y a la larga al país.

La interferencia política en las universidades de Africa no es nada nuevo. La gobernanza universitaria fue percibida como ‘capturada’ por intereses políticos estrechos, más que por fines académicos durante los 80’s y 90’s. Las universidades del continente comenzaron a cambiar a mediados de los 90’s. Las estructuras de la gobernanza sólida fueron priorizadas. Los gobiernos prometieron ayudar a instituciones estables, para que pudieran enfocarse en misiones académicas. Pero estudios fundados por la Corporación Carnegie de Nueva York, conducidos por CODESRIA, indican que no se dieron muchos cambios. Las mismas tensiones y crisis asociadas con el antiguo orden político – disturbios estudiantiles, acoso de personal académico y una corrupción académica generalizada todavía persisten.

La asociación representando a los maestros universitarios de Canadá han reprochado al Consejo de Administración de la Universidad de Carleton por la nueva política, que prohibirá a miembros hablar públicamente acerca de las reuniones que asistan. Los profesores dicen que la medida es una violación de transparencia y apertura, lo cual es fundamental para la libertad académica. El Consejo también ha decidido prohibir que representantes del sindicato de la facultad y de estudiantes asistan a dichas reuniones, alegando que tienen conflicto de interés.

Ayer dio comienzo la segunda cumbre del movimiento para la ética en la universidad y la buena gobernanza en la Universidad de Jimma. El jefe de la comisión federal en defensa de la ética y anti-corrupción declaró que las universidades deberían prestar atención a partes iguales tanto a generar como a formar graduados con ética y competentes. El responsable de la comisión añadió que la adjudicación de proyectos de construcción más importantes de las universidades, las ofertas públicas de adquisiciones, los servicios de comedores para estudiantes, etc. se deberían basar en la rendición de cuentas y la transparencia.