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A medida que las escuelas y las universidades pasan a la enseñanza en línea, el nuevo software Turnitin Originality, se diseñó para apoyar la integridad académica, proporcionando herramientas a los estudiantes para autocontrolarse y autocorregirse, y para que los profesores pueden identificar e intervenir en las posibles malas conductas. Al revisar los trabajos presentados, Turnitin Originality comprueba si el trabajo es similar a otro texto conocido, o si hay indicios que no fue escrito por el estudiante. Esta información puede facilitar las conversaciones entre instructores y estudiantes sobre cómo descubrir y expresar sus voces auténticas.

Un estudio sistémico realizado por Fronteras en Educación en 2014-2018, encontró que el 15.7% de los estudiantes universitarios cometen trampa por contrato. En total, esto podría representar potencialmente a 31 millones de personas. Mientras tanto, el número de casos de soborno también ha incrementado. Investigaciones en el Reino Unido, muestran que el 31% de las fábricas de ensayos utilizan publicidad engañosa y la mayoría no garantiza contenido que cumple con la calificación de aprobación. Para combatir la trampa por contrato, se necesita un esfuerzo conjunto de las legislaturas, estudiantes y profesores.

Diez de cada quince estudiantes en Tanzania admitieron que habían plagiado de forma regular sin que el supervisor se diera cuenta. Utilizaban maneras fraudulentas para graduarse porque los profesores o no tenían tiempo para mirar críticamente el trabajo de los estudiantes, o sí se daban cuenta que era un plagio, pero aprovechaban para recibir sobornos. Según un profesor de la Universidad Tumaini Makumira, algunos de sus colegas asignan o aprueban proyectos que ya existen en las bibliotecas de la institución.

Las cifras para el año académico 2017-2018, del organismo de control de la evaluación Ofqual, muestran 1,539 sanciones por malas prácticas en las calificaciones profesionales, de las cuales el 55% corresponden a estudiantes, el 39% al personal y el 6% a escuelas y universidades. Se impusieron 606 sanciones al personal, siendo el delito de “asistencia inapropiada a candidatos”, el más común, sumando el 75% de todas las sanciones. Solo el 7% de las sanciones impuestas al personal consistieron en suspensiones o prohibiciones. En 45% de los casos, el personal recibió una advertencia por escrito, mientras que el 41% de las sanciones involucraron más capacitación. El tipo de trampa más común es el plagio, que representó el 46% de todas las sanciones estudiantiles, seguido por el 19% de uso de teléfonos celulares u otros dispositivos de comunicación en los exámenes.

La encuesta Internacional de Kessler de 2017, destacó que “79% de los estudiantes admitieron haber plagiado sus trabajos del internet, 42% compró las tareas en línea y 28% dijo haber utilizado un servicio que toma las clases por ellos.” Un experto en integridad y ética en la educación argumenta que para reducir al mínimo la trampa durante las clases a distancia, se requiere de una instrucción y comunicación efectiva, y que el trabajo de clases y las evaluaciones deben enfocarse en el dominio más que en el rendimiento.

El equipo de fraude en línea del Ministerio de Educación, identificó al estudiante responsable de copiar preguntas del examen de física de Thanaweya Amma y de subirlo a las redes sociales. El 28 de junio, el Comité de Asuntos Legislativos y Constitucionales del Parlamento de Egipto, aprobó un proyecto de ley sobre la lucha contra la violación de exámenes, que incrementa las penas por imprimir, publicar, difundir y promover preguntas y respuestas de exámenes por cualquier medio de comunicación, con la intención de copiar o perturbar el sistema general de exámenes.

Doce personas han sido condenadas a cuatro años de prisión después de hacerse pasar por estudiantes para tomar un examen de inglés comercial en la Universidad de Cambridge. El jefe de la red criminal es un ex profesor de inglés que ha creado su agencia de preparación de exámenes. Los estudiantes fueron emparejados con candidatos de aspectos similares para que sus rostros pudieran ser fusionados digitalmente y producir imágenes que después se superponían sobre las tarjetas de identificación reales de los estudiantes.

Entre 1999 y 2006, 242 graduados de la provincia oriental de Shandong, se matricularon en universidades usando la identidad y los puntajes de ingreso a la universidad de otras personas. Según los informes, docenas de personas han sido castigadas, pero en virtud de las leyes vigentes, los estudiantes no pueden ser acusados de un delito. El Congreso Nacional Popular ha recibido una propuesta para tipificar como delito el fraude en los exámenes, y el Ministerio de Educación trabajará con autoridades para investigar y responsabilizar a los estudiantes.